domingo, 6 de mayo de 2018

EL MISTERIO DE LA CASA (QUINTA PARTE)



Al cabo de una hora así, Tobías padre llego a donde estaba su padre, Tobías. Alex, al ver que estaba seguro de lo que iba hacer con su padre, le paro un momento y le dijo:

_ ¡Tobías! ¿Estas seguro de lo que vas hacer con tu padre? — Dijo Alex muy consciente de las palabras que decía.
_ ¡Sí! Alex. — Dijo Tobías padre. — ahora mismo mi padre no sabe en donde esta. Se le va la memoria vuelve… ¡No puedo seguir viéndole así! ¡Sufro por el! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Esta bien! Te comprendo — Dijo Alex. — una vez que lo hagamos, no hay marcha atrás para remediarlo. — Dijo Alex.
_ ¡Ya lo sé! Perderé a un padre esta ya lleva años perdido, pero recuperare a mi hijo que tiene una vida por delante. ¡Aunque me arrepienta en la vida de esto! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Vale! Vamos a sacar a tu padre de aquí…

Tobías y Alex pasaron dentro del hospital, emperezaron a hablar con los médicos para decirles que se llevaban a su padre a casa por unos días. El médico, dijo que tenía que hacer un informe y cuantos días eran aproximadamente. Porque tenia que dar parte a sus jefes… 
Tobías padre, dijo:

_ ¿A ver Alex, cuantos días decimos que nos lo llevamos? — Tobías padre estaba nervioso con todo esto.
_ ¡No lo sé! ¡Un mes! — Dijo Alex.
_ ¡Sí! Un mes. Así decimos que vamos hacer un viaje a ver a unos familiares… — Dijo Tobías padre.
_ y ¿Después de un mes? ¿Luego empezaran hacer preguntas?  — Dijo Alex muy preocupado.
_ ¡Tu déjamelo a mi después! Es mi familia y tu no tienes nada que ver en este asunto. ¡Sígueme el rollo! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Esta bien! Dijo Alex.
_ ¡Hola, buenas! Al final he hablado con mi mujer y me ha dicho que un mes nos lo llevamos porque vamos a ver a unos familiares fuera… — Dijo Tobías padre.
_ ¡Esta bien! Por si sabrás, aquí hay unas normas y tengo que saber donde van los pacientes y todo… ¿Sabes? — Dijo el médico.
_ ¡Esta claro! — Dijo Tobías padre. — ¿Cuándo nos lo podremos llevar? — Dijo Tobías padre.
_ ¡Mañana mismo por la mañana! Ahora mismo, tienen que probarlo la junta.
_ ¿Qué? ¿No puede ser dentro de una hora como mucho dos? Es que, nos vamos hoy… — Dijo Tobías padre muy preocupado.
_ ¡Ya veré lo que puedo hacer! ¡Esperar un momento aquí!

Al cabo de una media hora así, nuestro amigo el medico vino con los papeles de ya firmados para poder Tobías llevarse a su padre durante unos días a su casa.

_ ¡Muy buenas, Tobías! Aquí tengo todo listo para que te lleves a tu padre de aquí durante unos días — Dijo el médico.
_ ¿De veras? ¡De verdad me lo puedo llevar durante unos días! — Dijo Tobías padre interpretando su papel…
_ ¡Así es! — Dijo el médico.

Al cabo de unos minutos, Tobías padre se llevó a su padre de aquel lugar para el sitio donde estaba la casa fantasma.
Una vez en aquel lugar… el Tobías abuelo, reconoció el lugar, pero luego se le piro de la cabeza como siempre se le olvida las cosas…

_ ¿Qué hacemos en este lugar? — Dijo con una voz un poco mosqueada. — ¡bueno hijo! Ya puedes devolverme a mi habitación para tomarme las pastillas que me esperara tu madre. — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Así es, padre! Ahora pasamos a casa y te doy tus pastillas… — Dijo Tobías padre, con una de pena y llorando.

Tobías abuelo, miro a su hijo y le vio llorando y le dijo:

_ ¿Por qué lloras hijo? ¿Tu madre no te va pegar esta vez? — Dijo Tobías abuelo riéndose…

Mientras tanto, en la casa madre estaba viéndolo desde la ventana. Una vez que madre sale a donde esta Tobías padre y Tobías abuelo, dijo:

_ ¿Este es tu padre Tobías? — Dijo madre.
_ ¡Así es! — Dijo Tobías padre. — Este es mi padre, ¿Aquí le tienes? ¿Me puedes dar a mi hijo? — Dijo Tobías padre.
_ ¡No lo sé ya! Al verle como esta, a lo mejor ya no me interesa. Porque ya no sufre. — Dijo madre muy sorprendida con verlo.
_ ¡Ese era el trato! —  Dijo Tobías padre. — ¡Mi hijo por mi padre! — Insistió Tobías padre.

Madre, al ver Tobías del estado como estaba, ya no le importaba retenerlo; porque al día de mañana ya iba a morir, y madre quería que sufriera. Así que, madre dijo:

_ Como tu padre ya no me conviene, aremos un trato. — Dijo madre riéndose…
_ ¿Qué trato? — Dijo Tobías padre…
_ ¡Te daré a tu hijo con una condición! ¿Quiero que te unas a mí? ¿Tu por tu hijo? —  dijo madre.
_ ¡Claro que sí! — Dijo Tobías padre. — Quiero verle ahora. — Dijo Tobías padre.
_ ¡Le veras! — Dijo madre.

Al cabo de unos cuantos minutos madre fue a buscar a su hijo a la casa. pero en ese intervalo de tiempo, Tobías padre dijo a Alex:

_ ¡Escúchame Alex! Quiero que encontréis la forma de sacarlos a la vida real. Seguimos con ese plan. No te preocupes por mí… se más o menos como acabar con ellos, así que, intentare conseguir ayuda de dentro. Claro si la hay.

En ese momento, madre vienen con Tobías hijo.

_ ¡Padre! — Dijo Tobías hijo llorando.
_ ¡Hijo! — Dijo Tobías padre llorando también.

Madre al ver a los dos llorando, dijo a Tobías padre:

_ ¡Ya es la hora! Uno por el otro. — Dijo madre riéndose…
_ ¡Que! — Dijo sorprendido Tobías hijo.
_ ¡Sí hijo! Me he cambiado por ti. Como tu abuelo no puede ir, tengo que ir yo en su lugar… — Dijo Tobías padre.
_ ¡Padre! — Dijo Tobías hijo…
_ ¡Cállate! Haz caso de Alex, el ya sabe todo lo que tenéis que hacer para acabar con ellos… — Dijo Tobías padre.
_ ¡Ya es la hora1 ¡Vamos! — Dijo madre cabreada.
_ ¡Busca al viejo! El te ayudara. Y recuerda, madre en realidad es familia nuestra…

Tobías hijo al ver que ya no era invisible, empezó a ver a su padre como iba desapareciendo poco a poco… hasta que ya no lo pudo ver.
Por otro lado, al ver a su amigo Alex se alegró tanto que, empezó a llorar de la emoción que tenía; aunque la tristeza por otro lado.

_ ¿Qué te ha dicho mi padre que hiciéramos, Alex? — Dijo Tobías hijo muy serio.
_ ¡El plan era sacarlos a la vida real! — Dijo Alex. — Pero como ya no existe el libro. — Dijo Alex.
_ ¿El libro mágico? — Dijo Tobías hijo.
_ Y ¿Tu como sabes eso del libro? — Dijo Alex muy interesante.
_ ¡Escucha! — Dijo Tobías hijo. — ¡Hola abuelo! ¿Sabes quien era esa mujer fantasma? ¿A que si lo sabes? — Dijo Tobías hijo riéndose…
_ ¡Tobías ¡No ves que no está bien! Se le va la cabeza… — Dijo Alex.
_ ¡Se lo que le pasa, Alex! ¿A que es tu hermana esa? Y ¿Por qué la quemasteis con todos dentro de la casa? — Dijo Tobías hijo muy cabreado.

Alex al escuchar todo eso, se estaba quedando sin palabras…

_ ¡Sí! Abuelo. — hay dentro estas horas he aprendido mucho más de mi familia que aquí fuera. ¿Cómo quieres que te llame abuelo? Tobías Hernández…

En ese momento, el abuelo dijo:
_ ¡Llámame como quieras Tobías! — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Porque Alzheimer no tienes! Lo que te pasa es, que te duele lo que hicisteis en el pasado…  y ahora mi padre está ahí prisionero con esa hermana loca tuya… — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡A ver! — Dijo Alex. — Me estoy yendo de la historia, o estáis hablando en cuento chino. — Dijo Alex riéndose…
_ ¡pensaba que no iba pasar esto nunca en la vida! — Dijo Tobías abuelo. — No te preocupes Tobías, salvaremos a tu padre y matare a mi hermana y acabare con esta maldición…
_ ¿Cómo, Tobías? Si quemasteis el libro. — Dijo Alex.
_ ¡No lo queme! ¡Dije que lo que me! — Dijo Tobías abuelo…. — Aunque tenga ochenta años, por ahora recuerdo donde deje el libro… ¡Esa fue mi prioridad! — Dijo riéndose Tobías abuelo…

Al cabo de unos cuantos minutos andando del bosque hasta la ciudad… Tobías dijo:

_ ¡Tengo que ver a mi madre, abuelo!
_ ¡Esta bien! — Dijo Tobías abuelo. — Es hora de contarle a tu madre la verdad de la historia. Y porque tu padre este ahí dentro unas horas, no le van a pasar nada… — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Eso si es verdad! — Dijo Tobías hijo…

Nada más entrar por la puerta Tobías hijo y Alex, Claudia dijo:

_ ¡Madre! — Dijo Tobías hijo abrazando a la madre.
_ ¡Hijo mío! —  Dijo Claudia llorando. — ¿Tu padre donde esta? — Dijo Claudia
_ ¡Papa se cambió por mí! — Dijo Tobías hijo. ¡Pero no pasa nada1 podemos sacarle con la ayuda del abuelo! — Dijo Tobías.
_ ¿Cómo? ¿Con la ayuda de tu abuelo? — Dijo Claudio. — ¿Sabes que tienen Alzheimer? — Dijo Claudia.
_ ¡Bueno! Habla con el tú. ¡Esta mejor que nosotros! — Dijo Tobías hijo riéndose.




En ese momento, apareció por la puerta Alex y Tobías abuelo. El abuelo todo sonriente y dijo:

_ ¡Que pasa nuera! ¿Cómo me ves, mejor que antes? — Dijo Tobías abuelo sonriendo.

En ese momento, Claudia se fue a pagarle una bofetada; pero Tobías hijo la paro. Y Claudia dijo:

_ ¿Tu crees bonito lo que nos has hecho durante este tiempo? — Dijo cabreada.
_ ¡Tenia mis razones! He venido a contarte toda la verdad. ¡Si quieres escucharla! — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Cuéntame! Porque también quiero saber donde tu hijo. ¡Mi marido!  — Dijo Claudia.
_ ¡Está bien! — Dijo Tobías abuelo. — Resulta, antes que naciera Tobías, hace mucho se practicaba la brujería. ¡Magia! Y en realidad en esta ciudad no queríamos brujas… así que, decidimos hacer todos los vecinos quemara todas las brujas… — Dijo Tobías abuelo.
_ Y ¿Por qué esa mujer tiene nada más a tu hijo, y no a los demás del pueblo? — Dijo Claudia.
_ ¡Esa mujer! Por llamarla así, es tu tía. ¡Mi hermana! — Dijo Tobías abuelo sin ningún rencor con lo que hizo…
_ ¡Que! ¿Quemasteis a tu hermana? — Dijo Claudia sorprendida con lo que estaba escuchando.
_ ¡Así es! Pero no a ella sola. Sino a toda su familia y mucha más gente dentro. — Dijo Tobías abuelo. 
_ ¡Sí madre! Al estar allí encerrado y pertenecer a la casa, supe más de la familia que en todos estos años… ¡Papa se llama Tobías Martínez, y no Fernández! El abuelo se cambió el apellido después de quemar a todos en la casa. — Dijo Tobías hijo.

Claudia cada vez se estaba quedando más alucinada con lo que estaba escuchando, igual que los amigos de Tobías hijo, que parecían estatuas…

_ Y, por otro lado, madre, el abuelo tiene el libro para poder salvar a papa de esa casa. — Dijo Tobías hijo.
_ Y ¿Por qué no vais ya a salvarlo? — Dijo Claudia.
_ ¡Porque se tire allí encerrado unas horas, no le va pasar nada! — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡No va pasar nada, madre! La único es que te aburres.
Mientras tanto, en la casa. Tobías padre nada más llegar a la casa dijo:

_ ¿Es aquí donde vivís? Sabéis que toda esta anticuado. Eso ya no se lleva. — Dijo Tobías padre para romper el hielo con los fantasmas de la casa.
_ ¡Si es igualito a su padre! — Dijo un fantasma.
_ ¡Vete acostumbrándote! Porque te tiraras toda la vida aquí metido. — Dijo madre cabreada.
_
Tobías padre, nada más sabia mirar a todos los lados de la casa a ver que podía hacer para salir...

_ ¡No se puede salir de la casa sin saberlo madre, Tobías! — Dijo una mujer fantasma.
_ ¡Así si! — Dijo Tobías padre.  — ¿Por qué la hacéis caso? No veis que os tiene prisioneros de la casa. — Dijo Tobías padre.
_ ¡Eres su padre, sin duda! — Dijo el fantasma abuelo.
 _ ¡Tú debes de ser el fantasma abuelo! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Así es! — Dijo el fantasma abuelo.
_ ¡Voy a matar a madre! así que, si se lo quieres decir, no me importa. — Dio Tobías padre.
_ ¡Bien por tu parte! Pero en realidad, madre no es mala. Solo se corrompió el día que tu padre la quemo… 
_ ¡Ah! — Dijo Tobías padre. — ¿Me propias ayudara salir de aquí? — Dijo Tobías padre.
_ ¡Madre es muy lista! Ahora mismo puede estar viéndonos y nosotros no nos damos ni cuenta que esta aquí…
_ ¡Ah! Esta bien. Luego más tarde hablamos. — Dijo Tobías padre. — Voy a darme una vuelta por la casa. — Dijo Tobías padre para disimular un poco.

Mientras tanto, Tobías padre emperezo a dar una vuelta para poder ver como era la casa por dentro y ver quien había en ella. Mientras tanto, madre nada más sabia vigilarle a escondidas a ver que hacía.























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