CHARLY:
LA MUJER DE
ROJO:
Todo fue algo
sensacional como si nada pasara en aquel lugar. Aquella mujer era algo
espectacular. Sin duda era única en su estilo y en su forma de ser. Esa mujer
que solo la conocían como la mujer de rojo y nadie sabía quién era ni de donde
venia.
Venia todos los
días a la misma hora para tomar el café. Se sentaba en la misma mesa de
siempre. Al final de la cafetería de un barrio de Madrid de los años cincuenta.
Esa señora no
podía tener más de veinticinco años al parecer su cara era bien joven, porque
todos los jovencitos que estaban en el bar se quedaban mirándola todos los días
que la veían pasar. El camarero que le serbia el café en la mesa con sus dos
sobres de azúcar no decía ni una palabra. Al recibir el café se levantaba a
coger el periódico que estaba siempre en la barra del bar y se ponía a leerlo
tomando el café y leyendo las ultimas noticias que sucedía en Madrid. Así era
ella la mujer de rojo misteriosa y a la misma vez guapa para andar por unos
barrios de Madrid.
Al día
siguiente el camarero como todos los del bar la estaban esperando que viniera,
pero las horas iban pasando y la tarde se estaba juntando con la noche y la
mujer d rojo no venía. Todos los del bar se imaginaban que había ido a su
barrio de donde pertenecía la mujer. Así fue pasando la noche y la mujer de
rojo sin aparecer por el bar.
El camarero al
cerrar el bar y al tirar la basura por la puerta de atrás vio a lo lejos del
callejón unas piernas con unos zapatos rojos. El camarero todo impresionado
dejo caer la bolsa de basura a sus pies y durante unos segundos se quedó sin
palabras a lo que estaba viendo sus ojos. Al arrimarse y ver a la mujer se
quedó impresionado de quien era sin duda era la mujer de rojo muerta. En ese
momento se le vino a la memoria porque no había aparecido hoy por el bar. Salió
corriendo a dentro del bar y llamo a la policía explicando lo sucedido. Al cabo
de unos minutos el callejón se llenó de policías. En ese momento apareció
Charly con su gabardina y sus gafas negras de sol.
_ ¿Qué tenemos
hoy? ¿Otra mujer muerta? — dijo Charly con un tono de policía duro.
_ Al parecer
jefe tenemos otro caso de mujer muerta, pero no le han robado nada del dinero.
¿Qué raro no? — dijo uno de sus compañeros.
_ ¡No! Es muy
habitual por aquí aparecer mujeres muertas sin robarles nada. ¡Odio a estos
hombres que hacen esto por gusto!
_ ¡Lo sé jefe!
Por eso he puesto un grupo para vigilar el barrio por la noche a ver si
podremos cazarle o cazarla. — dijo el compañero.
_ ¡Bien echo!
Haz lo que tú sabes y luego me explicas lo que has encontrado que yo ahora
vengo. — dijo Charly.
_ ¿Dónde vas? —
dijo su compañero.
_ ¡A trabajar
como tú! Pero en otro terreno…
Charly salió
del callejón y se dio una vuelta a la manzana andando solo a ver que veía por los
alrededores. Porque esta mujer ha aparecido muerta como un caso que tenía
anteriormente y eso no le gusta mucho. Como iba caminando por las calles de
Madrid Charly empezó a observar a todo el mundo que veía por ahí incluso
mujeres que trabajaban de noche. Al llegar otra vez al callejón
donde estaba la mujer muerta Charly le pregunta.
_ ¿Sabes cómo
se llama? — dijo Charly.
_ ¡No! No tiene
documentación. Y con la ropa que tiene puesta me imagino que no es de por aquí.
— dijo el compañero.
_ ¡No es de por
aquí! El camarero ha dicho que venía todos los días a la misma hora y se
sentaba en la misma mesa y cogía el periódico. Pero no saben cómo se llama. La
conocían como la mujer de rojo.
_ ¡Pues la
llamaremos así la mujer de rojo! Hasta que sepamos su verdadero nombre.
_ Cada vez este
barrio de Madrid me gusta menos, porque siempre tiene que pasar algún crimen.
Me gustaría limpiar todo esto y dejar mi barrio de Madrid sin miedo de la
gente. — dijo Charly.
_ ¡Algún día lo
lograremos Charly! ¡Algún día! — dijo su compañero.
Una vez que el
compañero de Charly se fue a dejar todas las pruebas a la comisaría Charly se
fue como siempre a investigar por su cuenta.
Charly sabía
que mucho no iba a encontrar nada porque era de noche y la gente a esta hora
solo estaban la gente que no quería hablar mucho con la policía así que, sobre
las tres de la mañana Charly se fue a dormir para mañana bien temprano
levantarse y ponerse a investigar otra vez por donde estuvo, pero esta vez de
día.
AL
DÍA SIGUIENTE
Charly a las
siete de la mañana se levantó y se puso rumbo a su trabajo, porque tenía un
caso que tenía que descubrir lo antes posible. Una vez que llega a la comisaría
de policía le dice a su compañero:
_ ¿Ya estas
listo para hacerte mayor? — dijo Charly riéndose…
_ ¡Ya soy
mayor! Lo único que quiero es coger a este asesino de mujeres. — dijo su
compañero.
Charly y su
compañero se van al bar donde estaba siempre la mujer de rojo. Una vez que
entra por la puerta el detective Charly le dice a su compañero.
_ ¡Observa y
aprende como es un detective! — dijo Charly con su sombrero y sus gafas de sol.
_ ¡Vale! — dijo
su compañero.
_ ¡Camarero dos
cervezas! — dijo Charly.
_ ¡Voy señores!
— dijo el camarero.
Una vez que el
camarero les puso en la mesa las dos cervezas y Charly pone la placa de policía
encima de la mesa el camarero le mira muy serio y le dice:
_ ¿Les pudo
ayudar en algo? — dijo el camarero.
_ ¡Sí! ¿Qué e
puedes decir de la mujer de rojo como todos la conocéis en este bar? — dijo
Charly tomando la cerveza.
_ ¡Pues…! Que
puedo decirte detective. Lo único que sé es que venía siempre a la misma hora
de siempre y se sentaba en la mesa de siempre todos los días. Y
cuando le ponía el café se levantaba a coger ese periódico que está en la barra
del bar. — dijo el camarero.
_ ¡Ese
periódico! — dijo Charly.
_ ¡Sí! — dijo
el camarero.
_ ¡José puedes
traerme el periódico! — dijo Charly.
José se levantó
y le trajo el periódico y lo puso encima de la mesa….
_ ¡Gracias
compañero! — dijo Charly.
_ ¿Algo le
puedo ayudar detective? — dijo el camarero.
_ ¡Por ahora
no! Puedes volver a su trabajo. ¡Gracias por su cooperación! — dijo Charly.
Mientras tanto
Charly estaba en el bar bebiéndose un café con su compañero empieza a pensar en
los casos anteriores que ha resuelto.
_ ¿Por qué José
siempre me toca resolver los casos de mujeres muertas? — dijo Charly mientras
que tomaba café.
_ ¡No lo sé
jefe! Seguramente será porque los resuelves muy rápido y por eso el jefe te los
da a ti y no a otro. — dijo José.
_ ¡Puede ser!
Pero hay algo que no comprendo en el caso. — dijo Charly.
_ ¿Qué es lo
que no comprendes? — dijo José.
_ Porque el
asesino deja a victima en un callejón. ¿Por qué no la deja en otro lugar? —
dijo Charly.
_ ¡Charly! El
tiempo que llevo trabajando contigo es la primera vez que estás hablando más de
la cuenta. Siempre eras muy callado. — dijo José.
_ ¡Ya lo sé!
Será porque no me gusta estas cosas cada dos por tres. Pero es mi trabajo. Como
lo que vamos hacer ahora mismo tú y to. — dijo Charly.
_ ¿Qué vamos
hacer? ¡Charly! — dijo José con cara de asustado.
_ Levanta esa
cara que no vamos hacer nada ilegal. Lo que vamos hacer tú yo es investigar a
toda esta gente que está en el bar, así que, ponte a escoger todos los nombres
de todos, porque yo voy donde apareció el cadáver a ver si veo algo nuevo que
no vimos. — Charly.
_ ¡Charly no me
vas a dejar solo con toda esta gente! ¡Eh! Tú el de la gorra no salgas por la
puerta. ¡Quédate donde estas ahora mismo! — dijo José con un tono un poco
mosqueado.
_ ¡Yo! Dijo el
hombre.
_ ¡Sí! Hay otro
que tenga gorra por aquí. Porque yo no lo veo. — dijo José.
_ No nos puedes
detener sin hacer nada. ¡Conocemos nuestros derechos! — dijo el hombre un poco
nervioso.
_ Como conoces
tus derechos esto no es una detención por ahora así que, tú vas a ser el
primero en darme tus datos. — dijo José.
El hombre de la
gorra todo mosqueado se sacó la documentación y se la puso en la mesa.
_ ¡No! En la
mesa no. Dámela en la mano. — dijo José.
_ ¡Así te vale!
— dijo el hombre.
_ ¡Ahora si me
vale! ¡señor Garcia! Si quieres se puede ir, pero no muy lejos que nos
volveremos a ver en estos días.
_ ¡Lo tendré en
cuenta! — dijo el hombre Gracia un poco molesto.
Al cabo de una
media hora así el detective José cogió todos los nombres que estaban en el bar.
Nada más terminar se dirigió dónde estaba Charly en la parte de atrás del bar.
_ ¡Charly! Ya
tengo todos los nombres que estaban del bar. — dijo José.
_ ¡Buen
trabajo! Así empieza un buen detective. — dijo Charly.
_ ¿Anotando
nombres a los sospechosos? — dijo José.
_ ¡No! A ver
como se comportaban la gente del bar al coger los datos de todo el mundo. —
dijo Charly.
_ ¡Ah! — dijo
José.
_ ¿Me vas a
decir cómo se llama el hombre que tenía prisa en irse del bar? — dijo Charly.
_ Y, ¿Cómo
sabes que había uno que tenía mucha prisa? — dijo José sorprendido.
_ ¡La
experiencia! Te recuerdo que llevo muchos años trabajando siendo detective. —
dijo Charly.
_ ¡Se llama
García! — dijo José.
_ ¿Gracia que
más? Porque te recuerdo en Madrid hay muchos Gracia. — dijo Charly.
_ ¡Ah, sí es
verdad! Enrique Gracia Yuso. — dijo José.
_ Con que se
llama así. — dijo Charly muy pensativo.
_ ¡Así es!
Tenía mucha prisa en irse y muy nervioso estaba. — dijo José.
_ Vamos a
hacerle una visita a su casa. ¿Por qué es de por aquí cerca? — dijo Charly.
_ ¡Así es! Unos
cuantos metros de aquí. — dijo José.
Una vez que
Charly investigo el callejón por segunda vez a ver si veía alguna pista que le
llevara directamente al asesino de la mujer de rojo no vio nada que le
condujera quien lo hizo. También sospecha que a la mujer de rojo no la mataron
en el callejón…
_ ¡José,
vámonos! Aquí no vamos a encontrar nada quien mato a la mujer de rojo. — dijo
Charly.
_ ¿Cómo sabes
que este no es el lugar del crimen! — dijo José mientras que salían del bar.
_ ¡Muy fácil!
Si te das cuenta como vistes el cadáver estaba colocado de una posición muy
sospechosa. ¡Llama a ver si ya saben de qué ha muerto! Porque todavía no me han
informado de ellos. — dijo Charly.
_ ¡Ahora mismo
llamo! — dijo José.
Mientras tanto
Charly y José esperan a ser informados de que murió la víctima, se quedan
mirando a la puerta del bar a ver quién entra y sale.
Al cabo de unos
quince minutos en el coche sentados, le llaman a José diciéndole como murió la
mujer de rojo.
_ ¡Hola José!
Soy Martin, la mujer de rojo para tu información murió asfixiada y diez minutos
después la apuñalaron para hacer que fue un robo. ¡Es mi teoría! Y, por otro
lado, la mujer de rojo se llama Soledad Gómez Rojo. — dijo Martín.
_ ¡Gracias
Martín! Se lo diré a Charly a ver que dice él. Si te enteras de algo, me
llamas. — dijo José.
_ ¡La mujer de
rojo se llama...! — dijo José.
En ese momento
dijo Charly interrumpiendo a José.
_ ¡Lo he
escuchado todo! La mujer se llama Soledad Gómez Rojo. Y, fue asfixiada y luego
apuñalada. — dijo Charly.
_ ¡Así es! ¿Se
escucha mucho cuando hablo? — dijo José.
_ Yo procuraría
hablar más despacio los dos. Porque siempre que hablar por teléfono se te
escucha… — dijo Charly.
_ ¿Entonces
sabes que hablo con una chica? — dijo José.
_ ¡Todos de la
comisaria lo sabe! Pero pasamos así que, vamos al trabajo. — dijo Charly.
_ ¿Dónde vamos
ahora? — dijo José.
_ ¡Donde vamos
a ir! A por Enrique García Yuso. Quiero hablar con el cara a cara a ver si me
miente mirándome a los ojos…
Mientras Charly
y su compañero José se van a la casa de Enrique a ver que les puede decir sobre
el asesinato de Soledad Gómez Rojo, porque Charly tiene una intuición de que
fue él o alguien cercano a él.
Una vez que
llegan al domicilio de Enrique… y ven que no hay no contesta nadie, el
detective Charly entra en la casa. Una vez dentro ve el cuerpo tirado en el
comedor de Enrique… hay con algunos cortes por el cuerpo. José al ver el cuerpo
tirado en el suelo y toda esa sangre llama a los compañeros para que venga la
científica a procesar el crimen.
Ya una vez
dentro de la casa empiezan a mirar por toda la casa a ver si ven alguna prueba
que los puede llevar al anterior crimen de la mujer, pero por el momento no ven
nada. Se notan que limpiaron la casa antes de marcharse.
_ ¡Otro crimen
más! — dijo José.
¡Así es la
vida! Un crimen te lleva a otro crimen o a ningún sitio. Todo depende como lo
mires. — dijo Charly.
_ ¡Si he
hablado hace poco con él! Como ya está muerto. — dijo José.
_ El asesino
sabe que vamos detrás de él y quiere quitarse testigos que le puedan delatar
del crimen anterior. Pero todo fue por tu buen trabajo en el bar, así que el
verdadero asesino estaba en ese bar cuando empezasteis a investigarlos uno por
uno. — dijo Charly.
_ ¿Revisamos
uno por uno? Porque son unas cuantas Charly. — dijo José.
_ ¡Ya lo sé! —
dijo Charly quitándose las gafas mientras veía el cadáver en el suelo.
Mientras tanto
Charly ahí agachado viendo el cadáver a ver que podía ver alguna pista que le
lleve al asesino de ambos cadáveres, pero no veía nada. El cuerpo estaba vez
estaba allí tirado en mitad del comedor y se notaba que había muerto en ese
mismo lugar donde estaba.
Una vez que
llegaron los refuerzos y empezaron a ver el cadáver, le dijeron a Charly que
este hombre había muerto por apuñalamiento y no había marcas de esfuerzos como
se veía. Charly estaba cada vez un poco más mosqueado porque sabía que este
hombre le iba a decir quien mato a la mujer de rojo. Ahora Charly esta como al
principio, sin pistas…
_ ¡José!
Estamos como al principio, sin pistas hacia el asesino. — dijo Charly.
_ ¿Qué raro
jefe que tu digas eso? Nunca lo había escuchado decir eso de tu boca. — dijo
José.
_ ¡Ya lo sé!
Siempre hay una primera vez para todo ¿No? — dijo Charly que cada vez hablaba
más…
_ ¿Por qué no Charly
volvemos al bar a ver que vemos? — dijo José porque le vino una intuición de
que el asesino podía estar por allí.
_ ¿Para qué? Si
hemos venido hace nada de allí. — dijo Charly.
_ ¡Ya lo sé!
Pero me ha dado una intuición de que el asesino puede ir al bar. — dijo José.
_ ¡La verdad,
no hacemos nada aquí! ¡Vamos! — dijo Charly poniéndose las gafas y el sombrero.
Una vez que
regresan al bar donde ocurrió todos los hechos del crimen, Charly antes de
entrar empieza a hablar con su compañero José.
_ ¡Vamos hacer
unas cosas José! — dijo Charly.
_ ¿Dime? —
José.
_ Vas a entrar
tu solo primero a ver qué pasa con la gente y te vas a sentar en la mesa donde
se sentaba la mujer de rojo… — dijo Charly.
_ ¡Soledad
Gómez Rojo! — dijo José.
¡Sí! Y, te vas
a tomar algo y empiezas a observar a la gente con la lista de sospechosos.
Apuntas a los hombres que recuerdes que estaban antes, vale. — dijo Charly.
_ y, ¿Tú qué
vas hacer? — dijo Charly.
_ ¡Quedarme
aquí fuera a ver si sale alguno con cara de sospechoso! Esto siempre funciona.
El asesino cunado se ve acorralado se va a refugiarse a su lugar más seguro que
puede ser su casa. — dijo Charly.
_ Y, ¿Cómo
sabes que funcionara este plan? — dijo José.
_ ¡Nunca lo
sabes si no lo intentas! ¡Así es la vida! Hay que jugársela cada dos por tres
hasta que salga bien. — dijo Charly.
¡Gracias por
los ánimos! — dijo José.
_ ¡No hay de
qué! — dijo Charly con una pequeña risa.
Una vez que
José entra en el bar solo a ver la respuesta que hacen los que están dentro del
bar todos se le quedan mirando a ver qué hace. José se sienta en la mesa que se
sentaba la mujer de rojo y pide un café.
_ ¡Camarero, un
café! — dijo José.
_ ¡Ahora mismo
detective! ¡Un minuto! — dijo el camarero levantando el dedo.
_ ¡Vale! — dijo
José. — No tengo prisa.
E ese momento
José empezó a observar a todos los que había en el bar a ver que movimientos
hacían cada uno. Más o menos se acordaba de unos cuantos, otros no los había
visto nunca en la vida.
En ese momento
el camarero le trae el café.
_ ¡Detective,
aquí tienes su café! — dijo el camarero
_ ¡Gracias! —
dijo José.
_ ¿Ya tenéis al
asesino? — dijo el camarero.
_ ¡No! Pero ha
cometido otro crimen y ese crimen le ha delatado. ¡Dentro de nada caerá! — dijo
José riéndose.
_ ¡Qué! ¿Otro
más? ¿Quién ha sido esta vez? — dijo el camarero.
_ Esta vez ha
matado a Enrique Garcia yuso en su propia casa. Y, sabemos que era cómplice del
asesinato de la misteriosa mujer de rojo, por decir así….
El camarero
todo sorprendido se quedó sin palabras. También, algunas miradas de los hombres
y mujeres del bar estaban impresionados con la noticia, pero en ese momento,
uno de los hombres del bar se levanta y se dirige a la puerta de salida. Una
vez fuera Charly le empieza a observar mientras José se queda en el bar tomando
el café para no sospechar.
Charly le
empieza a seguir disimuladamente. Charly se para para comprar en el kisoco el
periódico y dejar al sospechoso que se alejó durante unos metros más lejos que
antes.
José sale del
bar dejando el dinero encima de la mesa del café y se dirige a la misma
dirección del sospechoso.
El sospechoso
empezó a andar y andar a ver si le seguía alguien, pero él no veía nada por
ahora. Una vez casi llegando al embarcadero Charly se apresura un poco y
andando un poco más ligero porque no se fía que se vaya en alguna lancha o un pequeño barco.
Charly antes de
bajar las escaleras al embarcadero al sospechoso le da el alto.
_ ¡Alto!
¡Detente! — dijo Charly.
El sospechoso
siguió adelante como si nada a ver si podía despistarlo. Pero Charly no le
quedo otra que echar un poco a correr y era la primera vez que corría detrás de
un hombre después de tantos años. Charly se tuvo que quitar el sombrero y las
gafas para correr mejor. Pero en ese momento que Charly iba detrás de el a unos
cuantos metros del sospechoso, José apareció como Superman abalanzándose encima
del sospechoso y cayendo los dos al agua. Charly se quedó impresionado con lo
que vio y dijo:
_ ¿Qué te crees
que eres Superman? — dijo Charly.
_ ¡No! ¿Pero le
hemos cogido al asesino? — dijo José todo mojado.
_ ¡Yo creo que
sí! Ahora veremos a ver que nos dice cuando le interroguemos. — dice Charly.
Una vez Charly
y su compañero en la comisaría empiezan a hablar con él.
_ ¡Bueno! ¿Ya
sabes por qué estás aquí? — dijo Charly.
_ ¡No! — dijo
el sospechoso.
_ ¡Muy bien! Te
refrescaré la memoria un poco Carlos Ruiz Peña. ¡Alias piraña! ¿O equivoco? —
dijo Charly.
En ese momento
entra José y le dice todo mosqueado.
_ ¿Por qué
mataste a la mujer de rojo y a enrique? ¿Dinos? — dijo con un tono más elevado
de lo normal.
_ ¡José sal
fuera! — dijo Charly.
Una vez que
José se fue de la sala de interrogatorio empezó hablar más despacio Charly para
ganarse su confianza.
_ ¡Disculpa a mi
compañero! — dijo Charly.
_ ¿Es normal
que se ponga así en todos los interrogatorios? — dijo Carlos…
_ ¡No! Pero no
le gusta que maten a las mujeres indefensas. — dijo Charly.
_ ¡Yo no he
matado a nadie! — dijo Carlos.
_ ¡Eso dicen
todos! Pero tenemos pruebas que se te relacionan con las dos muertes. Y, la verdad,
lo tienes muy mal. — dijo Charly.
En ese momento,
Carlos empieza a hablar y dice:
_ Tú no sabes
en donde te estas metiendo. ¡Es muy grande para ti! — dijo Carlos.
_ ¿A qué te
refieres que es muy grande para mí? — dijo Charly mirándole a los ojos sin
parpadear.
_ ¡Que este
caso te viene muy grande! Lo mejor es que lo dejes y te dediques a otra cosa. —
dijo Carlos riéndose.
_ ¿Prefieres
comerte las muertes? — dijo Charly.
_ ¿Qué quieres
una confesión? ¡Sí! Los he matado yo a la mujer de rojo y a enrique en su casa.
¿Te vale con eso? — dijo Carlos con un miedo.
En ese momento:
entra la jefa de Charly y le dice:
_ ¡Caso
cerrado! Ya lo tenemos Charly. ¡Empapélalo! — dijo la jefa.
_ ¡Pero jefa!
Está cubriendo a alguien y lo sabes. — dijo Charly insistiendo en seguir con el
caso.
_ ¡No se abra
más! Este caso está cerrado y ponte a trabajar en otros que hay por ahí… — dijo
la jefe con tono mosqueada.
En ese momento
Charly le pega una patada a la silla al ver que el verdadero culpable este
suelto por ahí…
Una vez
resuelto este caso Charly y José empiezan a hablar a escondidas de la jefa.
_ José yo no me
voy a quedar al margen de este caso. Si tengo que investigar a escondidas lo
haré. — dijo Charly.
_ Pero ¡Charly!
Como te pille la jefa te abrirá un expediente. — dijo José.
_ ¡Me da igual!
Pero este caso es muy grande y tengo que investigarlo como sea. — dijo Charly.
_ ¿Por qué eres
así ahora, antes no eras así? — dijo José.
_ ¡Los tiempos
cambian José! Y, también as personas. — dijo Charly.
_ ¡Ya veo
Charly que cambian las personas! ¡Ya veo! — dijo José.
Al cabo de unos
minutos nuestros amigos se van cada uno a sus mesas para ver cosas tienen que
hacer. Charly al sentarse en la mesa y ver todas esas fotos y papeles encima de
la mesa empieza a pensar en el anterior caso que su jefa había cerrado ya.
Charly lo que quiere es cerrar al verdadero culpable de este crimen. Empieza a
mitrar a su compañero con unos ojos que le comía solo con la mirada. El
compañero de Charly, José le empieza mirar con esa mirada de pensativo y le
dice:
_ ¡Charly! ¿Qué
piensas? Esa mirada tuya no me gusta mucho. — dijo José que poco le iba
conociendo cada vez más.
_ Por lo poco
que me conoces y lo que has escuchado de mí, sabes que yo nunca dejo un caso
abierto todavía. — dijo Charly.
_ ¡Ya lo sé!
Pero no tenemos otra opción Charly que hacer caso a la jefa que es la que
manda. ¡Déjalo pasar! A mí también me jode, pero que le vamos hacer. ¡Son
órdenes y punto! — dijo José.
_ ¡Tienes
razón! ¿Hay algo nuevo para nosotros? — dijo Charly con pocas ganas.
_ ¡De momento
no! ¿Si quieres le hacemos una vista a la jefa? — Dijo José.
_ ¡No me
apetece verla ahora mismo! Con esa cara que tiene de pocos amigos lo mejor es
ponerse a un lado ahora mismo antes que te arrastre por delante. — dijo Charly
con pocas ganas…
En ese momento
José se levantó de la mesa y todos los compañeros mirándole con unas caras de
silencio. Una vez que llega al despacho de la jefa, José abrió la puerta tan
despacio que le daba hasta miedo pasar…
_ ¡Adelante
José puedes pasar no te voy a comer! — dijo la jefa.
_ ¡Vale! — dijo
José con una pequeña risa.
_ ¿Qué pasa?
¿No tienes trabajo que hacer? — dijo la jefa.
_ ¡Es eso jefa!
¿No sabemos qué caso escogemos para nosotros? — dijo con un poco de miedo.
_ ¡Muy fácil! ¡Tomar
este! Va sobre un grupo de personas que han empezado a robar y luego matar a
las personas. — dijo la jefa.
_ ¡Vale!
Veremos a ver si lo resolvemos. — dijo José.
Una vez que
José sale de aquel lugar donde todo el mundo de la comisaria no quiere pisar,
empieza a leer por encima el caso. Una vez que llega a la mesa de Charly y le
dice:
_ ¡Toma Charly!
¡Ya tenemos coso! — dijo José con una pequeña risa.
_ ¿Qué caso es?
— dijo Charly con pocas ganas.
_ Va sobre unos
atracadores y después del atraco mata a sus víctimas del robo. — dijo José.
_ ¡A ver!
¡Déjame echarle un vistazo! — dijo Charly un poco entusiasmado.
Charly al
empezar a leer el caso observando cada detalle del caso empezó a sacar sus
propias preguntas.
_ ¡José! Creo
que este caso puede ser el mismo caso que la jefa no quiere que sigamos.
_ ¿Por qué lo
dices? ¡Charly! — dijo José.
_ ¡Por las
muertes! Estas personas las mata y las deja tiradas por ahí sin miedo a ser
encontradas por alguien. ¡Vamos a ver al forense a ver el cuerpo de este
hombre! — dijo Charly levantándose de la silla rápido y poniéndose la gabardina
y el sombrero.
_ ¿Por qué la
jefa nos da un caso que puede ser relacionado con el otro caso y no quiere que
sigamos con el anterior caso? ¡No lo entiendo Charly! — dijo José.
_ ¡Porque
quiere que lo hagamos con la mayor discreción posible! — dijo
Charly.
Una vez que se
van nuestros amigos donde el forense a ver el cadáver del nuevo caso.
Una vez que
llegan donde el forense nuestro amigo José al entrar dentro empieza como a
marearse…
_ ¿Qué te pasa
José? — dijo Charly al mirarle que se iba para los lados…
_ ¡Me estoy
mareando! — dijo José.
_ ¿Es la
primera vez que entras a este lugar? — dijo el forense.
_ ¡Así es!
Nunca había entrado aquí con este olor… — dijo José.
_ ¡Sal fuera!
Luego te cuento. — dijo Charly mientras que le ayudaba a salir fuera.
Una vez que
Charly entra dentro y empieza hablar con el forense y le dice:
_ El
cuerpo y la causa de la muerte es por un cuchillo bien grande. — dijo el
forense.
_ ¿Cuántas
puñaladas le dieron? — pregunto Charly entusiasmado.
_ ¡La verdad!
Se viciaron con el quien fuera. Luego más tarde si quieres te paso el parte
para que lo sepas. Ahora mismo estaba revisando los cortes y le iba hacer la
autopsia. ¿Quieres quedarte? — dijo el forense.
_ ¡Déjalo!
Luego me mandas el informe detallado que yo llevo este caso ahora. — dijo
Charly.
_ ¡De acuerdo!
¿Se le habrá pasado a José el mareo? — dijo el forense.
_ ¡No lo sé!
Pero espero que sí, porque ahora mismo nos vamos a ir al lugar del crimen.
Una vez que
Charly sale de la sala del forense y ve allí sentado a José hablando con un
compañero le dice:
_ ¿Cómo estas
José? — dijo Charly.
_ ¡Bien! Ya me
encuentro algo mejor. ¿Qué te ha dicho el forense? — dijo José mientras se
levantaba de la silla.
_ ¡Vamos y te
pongo al día! — dijo Charly.
_ ¡Vale! ¡Hasta
luego Roberto! Espero que resolváis vuestro caso. — dijo José.
_ ¡Igualmente
José! — dijo Roberto.
Nuestros amigos
Charly y José se ponen rumbo al escenario del crimen para ver si encuentra
alguna pista que los pueda llevar al verdadero culpable de todos los asesinatos
que ha habido en la ciudad.
Una vez que
llegan al lugar del crimen ven que está precintado como en todos los escenarios
cuando hay un crimen. Charly pasa por debajo de la cinta y empieza a mirar a
través de sus gafas oscuras el escenario, al ver que no ve bien lo que quiere
ver con un gesto de la mano derecha se quita las gafas y se las coloca en el
botón de la camisa colgadas y empieza andar hacia una de las paredes de aquel
callejón solitario y vacío.
Una vez que
llega a la pared se agacha a por una tarjeta de visita a uno de esos clubes de
muy poca gente se atrevería pasar. Al revisar la tarjeta y por detrás de la
tarjeta pone un número de teléfono, Charly llama a José y le dice:
_ ¡José! Ven un
momento. — dijo Charly.
_ ¿Qué pasa
Charly? ¿Has descubierto algo? — dojo José.
_ ¡Así es!
¿Averigua de quien es el número de teléfono de esta tarjeta? — dijo Charly.
_ ¡Vale! ¡Ahora
vengo voy al coche! — dijo José.
Al cabo de unos
minutos Charly seguido revisando todos los rincones de ese callejón donde
encontraron a la mujer muerta. Mientras tanto, José averigua de quien es el
número de teléfono que había en la tarjeta por detrás.
_ ¡Charly! Ya sé
a quién pertenece el número de teléfono. — dijo José mientras donde estaba
Charly.
_ ¿A quién
pertenece ese número? — dijo Charly entusiasmado.
_ ¿A quién va
ser? Al que interrogasteis y te dijo que esto te queda muy grande. — dojo José.
_ ¿Carlos? —
dijo Charly muy sorprendido.
_ ¡Así es! De
Carlos. — dijo José.
_ ¡Muy bien!
Vamos a hablar con Carlos. — dijo Charly.
Nuestros amigos
abandonan el lugar del crimen para poder hablar con el dueño del número de
teléfono, que no es ni nada ni menos que el detenido Carlos.
Una vez que
regresan a la comisaría de policía van directo a hablar con la jefa de policía…
_ ¡Se puede
pasar jefe! — dijo Charly con algo de miedo.
_ ¡Pase Charly!
No te voy a comer…
_ ¡Vale! — dijo
Charly.
Una vez que
Charly entra al despacho de la jefa con José muy despacio le dice la jefa:
_ ¿Pasa algo
Charly? — dijo la jefa un poco mosqueada al ver a Charly en el despacho por
primera vez en la vida.
_ ¡La verdad!
¿No te mosques con lo que te voy a decir? — dijo Charly mientras que José
estaba mirando el móvil porque tenía miedo a la jefa.
_ ¿Según lo que
sea? — dijo la jefa.
_ Hemos
encontrado una pista de este nuevo caso que está relacionado con el anterior
caso que tú me has prohibido seguir. — dijo Charly.
_ ¿Como con el
anterior caso, Charly? ¿No te dije que ese caso está cerrado? — dijo la jefa.
_ ¡Así es,
jefa! Pero tú yo sabemos que no me iba a quedar con las manos cruzadas y tenías
una intuición que podía estar relacionados este caso y el anterior… — dijo
Charly.
_ ¡Por eso soy
jefa! — dijo la jefa.
¡Ya lo sabemos,
jefa! — dijo José.
_ ¡Bueno! ¡Al
grano Charly! ¿Qué pasa? — dijo la jefa.
_ Hemos
encontrado una tarjeta de un club con un número de teléfono apuntado por
detrás, y el dueño de dichoso número es Carlos, el anterior caso. — dijo
Charly.
_ ¿Queréis
interrogarle? — dijo la jefa.
_ ¡Así es! ¿Nos
dejarías hacerlo? — dijo Charly.
_ ¿Qué
garantías tengo que te centraras en este caso y dejaras atrás el anterior? —
dijo la jefa un poco intrigada.
_ ¡Ninguna
jefa! Cuando me hice policía me hice para defender al mundo de personas como
esta, no dejar escapara a los ladrones, asesinos, etc. — dijo Charly.
_ ¡Eso es
verdad! Veremos a ver que puedo hacer. Yo ahora os aviso que tengo que hacer
unas llamadas y te digo. — dijo la jefa.
_ ¡Vale! — dijo
Charly con una sonrisa de oreja a oreja.
Charly y su
compañero José se fueron a su mesa a esperar esa llamada de la jefa que le
pueda dejar interrogar al sospechoso Carlos sobre ese número de teléfono…
Al cabo de media
hora así más a menos nuestra jefa sale del despacho y se dirige a la mesa de
Charly y compañía mientras todos en la comisaría nada más sabían mirar a la
jefa porque nunca había salido de su despacho para hablar con alguien fuera
sobre el caso.
_ ¡Ya os he
conseguido la orden! ¡Puedes hablar con él solo una hora delante de otro
policía! — dijo la jefa.
_ ¡Muchas
gracias jefa! — dijo Charly dándola un beso delante de toda la comisaría…
Muestro amigo
Charly y compañía se van de la comisaría directo a la prisión donde se
encuentra el detenido Carlos…
Una vez que
llegan a la prisión Charly empieza a pasar los pasillos de la prisión mientras
José al pasar nada más sabia mirara a todos los presos que había en sus
celas…
Una vez que
Charly saca a Carlos de su celda y lo lleva custodiado por dos agentes más por
si se revela contra él y compañía, por fin llegan a la sala de interrogatorios…
uno de los policías le dice a Charly:
_ ¡Charly
tienes una hora! Y, como me ha dicho tú jefa contrólate que luego tendré que
dar parte a ella. Recuerda que tu jefa ha movido muchos papeles para hacerte
este favor… — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Lo tendré en
cuanta! Solo quiero coger al asesino que mata a las mujeres y las abandona en
los callejones… — dijo Charly.
_ ¡Está bien! —
uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Bueno! Ya
estamos solos cara a cara otra vez. — dijo Charly con esa sonrisa de oreja a
oreja.
_ ¡Sí! ¿Te
crees me vas a sacar algo? — dijo Carlos mirando a Charly a los ojos…
_ ¡No lo sé! Lo
único que sé es que este caso no es muy grande para mí. Así que, aquí va mi
pregunta: ¿De quién es esta tarjeta que tú le pusisteis el numero? — dijo
Charly acercando su cara a la suya.
En ese momento
el policía le dice a Charly:
_ ¡Charly!
Siéntate y céntrate en tú trabajo. — dijo el policía.
_ ¡Ya voy! —
dijo Charly sentándose.
_ ¡Eso Carlos!
¿A quien le distes la tarjeta? — dijo José.
_ ¡Ya no me
acuerdo! — dijo Carlos.
_ ¡As cometido
un error! As admitido que le distes la tarjeta al asesino. — dijo Charly
riéndose.
_ ¡Puede que yo
no fuera! Y, te he dicho que he sido yo. Ya me da lo mismo si me voy a tirar
muchos años aquí encerrado. ¡Por unos cuantos más! — dijo Carlos.
_ ¡A ver
Carlos! Sabes que te puedes quedar sin cenar si no me das un nombre. Porque
puedo tirarme todo el tiempo que yo quiera, porque gente como tú ya no tienen
privilegios en la cárcel. — dijo Charly mirando José.
_ ¡Eso no
podéis hacerlo! ¡Guardia! ¿A que no puede hacerme eso? — dijo Carlos con una
cara de asustado.
_ ¡Él es mi jefe!
Yo no puedo decir nada. Lo mejor dile un nombre y se va. — dijo uno
de los funcionarios amigo de Charly.
Nuestro amigo
Charly se acerca donde el policía y le dice:
_ Que le
deje solo con él unos segundos nada más, que no le va hacer nada. — dije Charly.
_ ¡Charly eso
no puedo hacerlo! — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡un minuto!
Te prometo que no le hago nada. Puedes mirar por la mirilla…. — dijo Charly.
_ ¡Está bien!
Pero si me ponen un expediente es por tú culpa y tienes que dar la cara tú por
mí. — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Echo!
¡Gracias! — dijo Charly.
_ ¡Charly ahora
vengo voy a por una cosa! dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Está bien! —
dijo Charly.
_ ¡Eh! Eso no
puedes hacer. No puedes dejarme solo con Charly aquí… — dijo Carlos muerto de
miedo.
En ese momento
el policía se va y cierra la puerta. Charly se queda solo con Carlos y José.
Las miradas entre Charly y Carlos empiezan a ponerse más caliente e incluso
Carlos empieza a sudar por la frente…
_ ¡Eso es malo!
— dijo Charly.
_ ¿Qué es malo?
— dijo Carlos.
_ ¡El sudor por
la frente! Dime un nombre y no te molesto más. — dijo Charly.
La mirada de
Carlos cada vez se estaba poniendo más nervioso hasta que dice:
_ ¡Está bien!
Pero si te digo un nombre necesito algo a cambio. — dijo Carlos.
_ ¿Qué quieres
a cambio? — dijo Charly.
_ Quiero que me
cambies de pabellón a otro más inferior y salir al patio un poquito unos minutos
más que otros presos…— dijo Carlos.
_ ¡Eso es mucho
pedir! — dijo José.
_ ¡Eso es
verdad! Lo único que puedo hacer es cambiarte a otro pabellón más inferior y
según como vallamos con la investigación poder conseguirte otra cosa. — dijo
Charly.
_ ¡Poco a poco!
— dijo Carlos.
_ ¡Así es! Tú
me das. Yo te doy. Así funciona esto. Te recuerdo que estas aquí por asesinato.
— dijo Charly.
_ ¡Vale! El
hombre que buscáis se llama Jovic petrok. Dirige un club de alterne en la
ciudad. — dijo Carlos.
_ ¡Vale! Pero,
¿Cómo se llama ese club? Para saberlo. — Charly.
_ El club se
llama La mujer de rojo. En la entrada del club hay una mujer de rojo en el
cartel. — dijo Carlos.
_ ¡As visto
como no era tan difícil Carlos! — dijo Charly.
_ ¡Espero que
cumplas tú trato! — dijo Carlos un poco en dudas…
_ ¡Tendrás lo
que te he prometido! Así que, ¡volveremos a vernos! — dijo Charly mientras se
dirigía a la puerta.
En ese momento
José da tres golpes en la puerta para que abra para poder salir, y en ese
momento dijo el guardia…
_ ¿Ya tienes lo
que buscas Charly? — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
¡Por el momento
me vale! Dejarle en aislamiento hasta que le podamos cambiar de pabellón a otro
más inferior. — dijo Charly.
_ ¡Pero Charly!
— dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Hazme caso!
Yo ahora mismo voy a hablar con mi jefa a ver que pueden hacer. Ahora mismo le
tengo donde quería. Es capaz de darme poco a poco todos los nombres de la
organización y acabar con todo este caso para siempre metiendo entre rejas a
los jefes. — dijo Charly.
_ ¡Pero si lo
haces acuérdate de mí! — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.
_ ¡Claro que
sí! Vas a ascender a otro nivel… — dijo Charly.
En ese momento
se van de la prisión directo a la comisaría de policía para hablar con la jefa
contarle todo lo hablado con Carlos…
Una vez que
Charly y compañía llegan a la comisaría de policía se van directo a la oficina
de la jefa.
_ ¿Podemos
pasar jefa? — dijo Charly con una pequeña risa de oreja a oreja.
_ ¿Qué habéis descubierto?
¿Por qué te veo una sonrisa de oreja a oreja? — dijo la jefa sonriendo.
_ ¡Hemos sacado
un nombre! Y de ese nombre una pista. — dijo Charly.
_ ¡Bueno! ¿A qué
esperas a decirme ese nombre para poder investigar? — dijo la jefa.
_ ¡Se llama
Jovic petrok! — dijo Charly.
_ ¿El mismo
Jovic petrok de muchos clubs de alternes? — dijo la jefa.
_ ¡Así es! Ese
mismo jefe. — dijo Charly.
_ ¿Qué hacemos
jefa? — dijo José un poco pensativo.
_ ¡No lo sé!
Ahora solo tenemos una confesión de un hombre que está en prisión. Necesitamos
más pruebas para poder juzgarle por los delitos de muertes. Y, ¡Espérate si
tiene algo más! — dijo la jefa.
_ ¡Charly! Buen
trabajo, pero todavía falta más para poder terminar tu caso de las mujeres
asesinadas… — dijo la jefa.
_ ¡Poco a poco
jefa! Tarde o temprano el culpable salea la luz por su error. — dijo Charly.
_ ¡Está bien!
Concentraros ahora mismo quien mato a ese hombre y el robo, pero seguir
investigando en secreto a este hombre y sus movimientos porque creo que este
caso es muy grande. — dijo la jefa.
_ ¡Está bien!
Vamos a dejar por ahora a este Jovic petrok y vamos a resolver el caso del robo
y esperar que cometa un fallo y tener más pruebas para poder juzgarle ante la
ley. — dijo Charly.
_ ¡Eso es
Charly! porque me huele que detrás de esto hay gente muy poderosa detrás… —
dijo la jefa.
_ ¡Está bien! —
dijo Charly.
Mientras tanto,
en la mesa de Charly de llena de papeles de notas y hojas para poder resorber
este robo y asesinato de la mujer…
_ ¡Charly! ¿Qué
te parece si vamos a dar una vuelta por el club a ver qué pasa? — dijo José
entusiasmado por ir…
Charly levanto
la cabeza y dejo de leer la hoja que estaba leyendo y dijo:
_ ¿Estás seguro
que quieres ir a un sitio de esos? — dijo Charly mirando le a cara.
_ ¡Sí! ¿Pasa
algo? — dijo José.
_ ¡No! Era
porque me has sorprendido. — dijo Charly.
_ Algún día
tenía que ir. Pero esta vez vamos por trabajo. — dijo José.
_ ¿Tú porque
quieres ir a ese club, porque has visto algo en ese montón ojos o porque
quieres quitarte el estrés? — dijo Charly.
_ ¡Por trabajo!
Porque en esta hoja mira lo que pone. — dijo José.
Al ver la hoja
Charly se levantó de la mesa y dijo:
_ ¡Es hora de
hacerte hombre! Vamos al club. — dijo Charly.
Todos sus
compañeros de trabajo se le empezaron a mirar y se echaron a reír…
_ ¡Chavales!
¡Es trabajo! Y, aparte, el chaval nunca ha entrado en un club nunca. — dijo
Charly.
_ ¡No les hagas
caso Charly! ¡Vamos a por nuestra pista!
Una vez que
Charly y compañía llegan al club donde José quiere investigar sobre el
asesinato y el robo dice Charly:
_ ¡Bueno José
ya estamos en el club! Veremos a ver cómo te comportas- — dijo Charly con una
risa de oreja a oreja.
_ ¡Que gracioso
eres Charly! — dijo José.
Charly y José
entran por la puerta del club como hombres que quien tomar algo y se dirigen a
la barra del bar. Una vez en la barra del bar dice Charly.
_ ¡Camarero!
¡Quiero dos wiskis sin hielo! — dice Charly.
_ ¡Wiski!
¿Wiski y sin hielo, estás loco? — dijo José un poco sorprendido.
_ ¡Aquí para
pasar desapercibido es así! Sino notaran que eres policía. — dijo Charly.
_ Voy a pagar
los wiskis más caros de mi vida. ‘Ya verás! — dijo José con una de pocos
amigos.
_ ¡No te
preocupes! Vamos a divertirnos y veras lo que te enteraras… —dijo
Charly.
_ ¿Se nota que
estas ya acostumbrado en estas cosas? — dijo José.
_ ¡Te recuerdo
que soy veterano! Tu no. — dijo Charly.
Nuestros amigos
en la barra del bar bebiendo un wiski cada uno y ahí conversando de cosas que
no son del trabajo como no sospechar a la gente del bar, y Charly le dice al
José.
_ ¡Bueno José!
Ya que estamos solos y tú novia no sabe nada que hemos venidos después de un
duro de trabajo, porque no vamos ver a esas chicas bailar… — dijo Charly.
_ ¿Por qué no?
¡Vamos! — dijo José.
Charly y José
se van donde las chicas que están bailando a ver si descubren algo sobre el
asesinato y el robo, porque José tiene una pista sobre el hombre que robo y
asesino a la mujer frecuenta estos sitios porque José encontró una pista que
les ha conducido aquí….
Una vez allí
viendo a las chicas bailar José empieza a mirar a todos los lados a ver que
personal hay para poder sacar un perfil a cada uno de ellos.
Al cabo de unos
cuantos minutos allí delante de esas chicas bailando casi desnudas en ese pab
Charly le dice a José que se fije en el hombre que acaba de entrar por la
puerta.
Aquel hombre
entro por la puerta del pab un poco llamando la atención. Era alto y un poco
corpulento igual que unos cuantos más. Nada más entrar se dirigieron
directamente a la barra y luego subieron por las escaleras que estaba al lado
de la barra para la primera planta.
Aquello era
algo sospechoso porque nadie podría subir por ahí si no era uno de los que
mandaba en el pab, pero aquellos hombres algo que no desconfiaba a las
personas.
_ ¡José! ¿Has
visto por donde han pasado? — dijo Charly.
_ ¡Claro que
sí! Por ahí no pasa nadie si no eres el sueño o muy amigo del dueño. — dijo
José.
_ ¡Así es! —
dijo Charly mientras bebía el wiski.
_ ¿Tú crees que
deberíamos investigar a esos que han entrado? — dijo José.
_ ¡No sé! Pero
todo el mundo que entra en este pab es sospechoso y más si sube a una zona
prohibida. — dijo Charly.
_ ¡Vale! — dijo
José-
_ ¡José! Es
hora de marcharnos. No es bueno quedarnos aquí ahora mismo. — dijo Charly.
_ ¿Por qué no
Charly? ¿Qué pasa? — dijo José un poco asustado.
_ ¡Vayámonos!
Tu confía en mí. Ya sabemos más o menos quien a pasado aquí y una vez en la
comisaría te explico. — dijo Charly un poco nervioso.
Charly y
nuestro amigo José se marcha del pab porque Charly ha visto a una persona que
no le ha gustado mucho.
Una vez que
llega a la comisaría de policía Charly se quita la chaqueta y el sombrero y los
tira contra la mesa y se sienta en la silla enfadado. José al ver como estaba
reaccionando de esa forma le dice:
_ ¿Qué te pasa?
¿Por qué reaccionas de esta manera? — dice José preocupado.
_ Nos hemos ido
del club porque he visto a un hombre que creía que estaba muerto hace años, y
no sé si el me ha visto a mí. — dice Charly.
_ ¡Pues que yo
sepa los fantasmas no existen! — dijo José.
_ ¡Ni yo!
Espera aquí que tengo que hablar con la jefa y contarle esto porque ella sabe quién
es este hombre también. ¡Ahora vengo! — dijo Charly.
Una vez que
Charly entra al despacho de la jefa sin pedir permiso dice la jefa:
_ ¿Qué son esos
modales Charly? ¿Se te olvido llamar a la puerta? — dijo la jefa un poco
molesta.
_ ¡No! O se me
olvido llamar. No llame porque no quise llamar para decirte esto que te quiero
decir. — dice Charly.
_ ¡Así de claro
me lo dices! ¡Lo que faltaba ya! ¿Venga que es eso tan importante para no
llamar a la puerta? — dije la jefa.
_ Estábamos
José y yo en el pab investigando este caso y he visto a un hombre muerto
bajando las escaleras del pab. — dijo Charly.
_ ¿Pero de
quien me hablar Charly? — dijo la jefa.
_ ¡Del hombre
que vimos morir tú y yo en aquel puente! — dijo Charly con una cara de
asustado.
_ ¿No me
estarás hablando de Carlos al que matemos en aquel puente? — dijo la jefa.
_ ¡Así es! ¡Es
ese mismo, jefa! — dijo Charly con una cara de asustado.
La jefa cerro
todas las carpetas de los casos que estaba revisando y se levantó y se fue a
cerrar bien la puerta con pestillo para poder hablar bien con Charly.
_ ¡Haber
Charly! ¿Estabas bien seguro que era él? — dijo la jefa.
_ ¡Sí! Era el
mismo allí y creo que me miro. Pero ahora mismo tiene más cuerpo que antes.
_ ¡No sé! ¡No
sé! — dijo la jefa dando vueltas por el despacho.
_ ¿Qué vamos
hacer jefa? ¿Sigo con el caso hasta que el agua nos llegue al cuello, o nos
retiramos del caso? — dijo Charly.
_ Retirarnos
ahora mismo tendría que dar a mis superiores una explicación y ahora mismo no
se que decirles. Pero por ahora vamos a seguir con el caso, pero quiero todos
los detalles, aunque sea el más pequeño, porque tú y yo podemos perder mucho. —
dijo la jefa.
_ ¡Ya lo sé! —
dijo Charly.
_ ¡Pues, eso!
Investiga muy despacio a ver que podemos sacar nosotros de este caso sin que
nos perjudique a ninguno de los dos. — dijo la jefa.
_ ¡Sí, jefa| —
dijo Charly levantados de la silla…
Nada más salir
Charly de la oficina de la jefa se fue directo a su mesa. Una vez que se sentó
en la mesa se levantó su compañero José y dijo:
_ ¿Qué paso
Charly? ¿Algo nuevo? — dijo José.
_ ¡De todo!
Este caso cada vez se está complicando más. — dijo Charly con un tono
preocupado.
_ ¡Tranquilo
Charly que meteremos a todos en la cárcel y veras que todo se arregla!
¡Eso espero!
Que salga todo bien. ¿Tenemos algo nuevo del caso? — dijo Charly interesado.
_ ¡Ahora mismo
no! ¿Cómo te he dicho antes los fantasmas no existen, pero yo creo que ese
hombre sabe muchas cosas y tú le conoces? — dijo José.
_ ¡Así es!
Conozco a ese hombre tanto como la jefa como yo. — dijo Charly.
_ Y ¿De qué le
conocéis vosotros dos? — dijo José todo intrigado…
_Le conocemos
de hace ya tiempo. Pero vámonos de aquí y te lo cuento mejor…— dijo Charly.
_ ¡Vale! — dijo
José.
Nuestros amigos
se van de la comisaría de policía para poder hablar mejor y Charly contarle de
que conoce a ese hombre-
Una vez que
están fuera de la comisaría se montan en el coche y se van a dar una vuelta
mientras que Charly le cuanta de que le conoce tanto la jefa y él.
_ ¡Bueno! No sé
cómo empezar esto. Quiero que sepas que de aquí no puede salir lo que hablamos.
Me estoy jugando mucho con contártelo. ¡Mejor dicho! Nos estamos jugando la
jefa y yo mucho así que, la boca callada. — dijo Charly.
_ ¡Vale! Yo no
hablare nada. Lo que me cuentes aquí se queda. ¡Pero me cuentas
todo! — dijo José.
_ ¡Así es!
Una vez que le
conté todo a i compañero se impresiono mucho con toda aquella historia. Incluso
se quedó sin palabras durante unos minutos, pero aun así me dijo:
_ ¡Vamos a por
esos hombres y los vamos a encerrar para toda la vida| ¡Te lo mereces, Charly|
— dijo José con toda esa rabia que tenía por dentro!
_ ¡Eso espero
encerrarlo para siempre! Lo más importante para mí ahora mismo no es el caso,
sino encerrar a ese hombre que nos conoce a la jefa y a mí y nos puede hacer
mucho daño a ambos. — dijo Charly un poco mosqueado.
_ ¡No pasa
nada! ¿Por qué Charly no vamos a saco ya a por toda esa gente sin temer nada? —
dijo José muy seguro de sus palabras….
_ ¿No has
escuchado lo que te he dicho antes sobre mí y la jefa? — dijo Charly.
_ ¡Sí! Pero lo
que digo es que si vamos con apoyo a muerte a por ellos a darles donde más les
duele cualquier agente o juez no se creerán lo que dicen esa gente. — dijo
José.
_ ¡Yo creo que
tú ves muchas películas de policías! ¿A que sí? — dijo Charly.
_ ¡No! Pero
porque no vamos a preguntárselo a la jefa a ver que dice mi plan. — dijo José.
_ ¡Por
intentarlo no perdemos nada!
_ ¡Vale! Pero
recuerda que es tu plan, no es el mío. — dijo Charly.
_ ¡Claro que
sí! Veras que va decir que sí. No le queda otra que arriesgar ya todo igual que
tú. — dijo José.
_ ¡La verdad es
que sí! Porque ya me ha visto y sabe que puedo ir a por él. — dijo Charly.
Una vez que
nuestros amigos llegan a la comisaría de policía y ve a la jefa por teléfono no
muy contenta, nuestros amigos se lo piensan si hablar con ella o no ahora
mismo.
_ ¡Oyes Charly!
— dijo José un poco asustado.
_ ¿Qué pasa José? — dijo Charly.
_ Antes de hablar con la jefa y pedirle todo esto vamos hablar
lo o como quieras tú o repasarlo todo esto. — dijo José.
_ ¿No sé a qué te refieres? — dijo Charly un poco fuera de órbita.
_ Me refiero desde que empecemos con el caso este. Primero fue con la mujer
de rojo que fue detenido y todo eso. Luego te dice él detenido este caso te
viene grande. ¿Te acuerdas? — dijo José.
_ ¡Así es! ¿A qué viene ahora esto? ¿No te vendrás abajo ahora después de
convencerme? — dice Charly.
_ ¡No! ¡Para nada! Estoy contigo a muerte Charly. — dijo José.
_ ¡Vale! — dijo Charly.
_ Solo quiero repasar todo desde como empecemos con el caso este. Porque
creo que yo viene todo relacionado. La muerte de las mujeres, con el
supuesto fantasma que ya le hemos visto… — dijo José.
_ ¡La verdad no sé qué pensar ya de todo esto! Quiero acabar de una vez por
todo este caso y meter a todos entre rejas, pero tenemos que estar seguro al
cien por cien, que son ellos. Porque si no, tú y yo acabamos entre rejas.
— dijo Charly.
_ ¡Ya lo sé! Por eso quiero hablar con la jefa a ver que dice… porque
este caso se esta alargando más que la obra del escorial… — dijo José.
_ ¡Lo sé José! Pero como tú y yo sabemos hay mucha gente importante en esto
y muy poderosa, ¿Sabes? — dijo Charly.
_ ¡Lo sé! Por eso vamos a desmantelar toda esta falsa, aunque tengamos que
arrastrar a quien sea Charly. — dijo José.
_ ¡así es! Vamos hablar con la jefa.
Al cabo de unos minutos esperando allí a ver si a ver que hacia la jefa
Charly y compañía estaba un poco indeciso de pasar o no, porque se jugaban su
carrera de policías, pero al final pasaron y empecieron a hablar con la jefa.
_ ¿Qué queréis ahora? no ves que estoy muy ocupada. — dijo la jefa.
_ ¡Ya! Pero hemos estado pensando hacer una cosa para acabar con todo este
caso que nos esta atormentando tanto a ti como a mí Claudia. — dijo Charly.
_ ¡Te recuerdo que soy tu jefa! Así que, esas confianzas Charly, la dejamos
a un lado, ¿Vale? — dijo Claudia la jefa.
_ ¡Esta bien! Pero José ya sabe toda la historia. No es tonto lo ha juntado
el solo. Pieza por pieza. — dijo Charly.
_ ¡Así es jefa! El hombre misterioso fantasma que Charly vio en el aquel
bar por decirlo así... y nos tuvimos que ir, me di cuenta que había algo más… —
dijo José.
_ Pues ya sabes que no puedes decir nada por ahora. ahora te has metido en
un juego muy grande, ¿Sabes José? — dijo Claudia la jefa.
_ ¡Lo sé! Por eso, me da igual perder mi trabajo o lo que sea por encerrar
a cualquier delincuente que sea. Por eso, me hice policía, para defender la ley
y respetarla. — dijo José.
_ ¡Recuerda José! Este juego hay mucha gente muy poderosa. Tan poderosa que
te pueden arruinar la vida en un abrir y cerrar los ojos, ¿Sabes? — dijo
Claudia la jefa.
_ ¿Entonces que hacemos? ¿Nos quedamos de manos cruzados y hagan ellos lo
que quieran y mientras el más tonto paga las consecuencias? — dijo José un poco
ya mosqueado.
_ ¡Tranquilízate José! Esto se te esta subiendo la cabeza ya mucho. No
quiero que te pase nada malo a ti ni a tu familia. Este juego es muy poderoso.
Tan poderoso, que hay gente que ni te lo imaginas detrás de las muertes de
muchas personas sin resolver el caso.
_ ¡Pues por eso! Vamos a acabar con todo esto de una vez por todas… salga como salga las cosas… — dijo José un poco ya cabreado con esta
situación.
_ ¿Todavía no lo entiendes? Hay gente
política en este rollo y yo me juego mi carrera como Charly y solo resolvemos
casos los que quieran ellos… — dijo la Claudia la jefa.
_ ¡Lo entiendo jefa! Pero lo que me jode es llegar a un punto del caso y no
poder resolverlo por culpa de esta gente como tú dices. ¿Tiene que haber
alguien quien los condene a toda esta gente? — dijo José.
_ ¡Así es! Pero ahora mismo no sabemos quién es el juez quien los tiene que
condenar. ¿Qué quieres ir preguntando en juez en juez? ¿Estas seguro de todo lo
que tenéis para des mascarar a toda esta gente? — dijo Claudia la jefa muy
segura.
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