domingo, 5 de abril de 2020

EL DETECTIVE CHARLY: LA MUJER DE ROJO

CHARLY:

LA MUJER DE ROJO:

 

Todo fue algo sensacional como si nada pasara en aquel lugar. Aquella mujer era algo espectacular. Sin duda era única en su estilo y en su forma de ser. Esa mujer que solo la conocían como la mujer de rojo y nadie sabía quién era ni de donde venia.

Venia todos los días a la misma hora para tomar el café. Se sentaba en la misma mesa de siempre. Al final de la cafetería de un barrio de Madrid de los años cincuenta.

Esa señora no podía tener más de veinticinco años al parecer su cara era bien joven, porque todos los jovencitos que estaban en el bar se quedaban mirándola todos los días que la veían pasar. El camarero que le serbia el café en la mesa con sus dos sobres de azúcar no decía ni una palabra. Al recibir el café se levantaba a coger el periódico que estaba siempre en la barra del bar y se ponía a leerlo tomando el café y leyendo las ultimas noticias que sucedía en Madrid. Así era ella la mujer de rojo misteriosa y a la misma vez guapa para andar por unos barrios de Madrid.

Al día siguiente el camarero como todos los del bar la estaban esperando que viniera, pero las horas iban pasando y la tarde se estaba juntando con la noche y la mujer d rojo no venía. Todos los del bar se imaginaban que había ido a su barrio de donde pertenecía la mujer. Así fue pasando la noche y la mujer de rojo sin aparecer por el bar.

El camarero al cerrar el bar y al tirar la basura por la puerta de atrás vio a lo lejos del callejón unas piernas con unos zapatos rojos. El camarero todo impresionado dejo caer la bolsa de basura a sus pies y durante unos segundos se quedó sin palabras a lo que estaba viendo sus ojos. Al arrimarse y ver a la mujer se quedó impresionado de quien era sin duda era la mujer de rojo muerta. En ese momento se le vino a la memoria porque no había aparecido hoy por el bar. Salió corriendo a dentro del bar y llamo a la policía explicando lo sucedido. Al cabo de unos minutos el callejón se llenó de policías. En ese momento apareció Charly con su gabardina y sus gafas negras de sol.

_ ¿Qué tenemos hoy? ¿Otra mujer muerta? — dijo Charly con un tono de policía duro.

_ Al parecer jefe tenemos otro caso de mujer muerta, pero no le han robado nada del dinero. ¿Qué raro no? — dijo uno de sus compañeros.

_ ¡No! Es muy habitual por aquí aparecer mujeres muertas sin robarles nada. ¡Odio a estos hombres que hacen esto por gusto!

_ ¡Lo sé jefe! Por eso he puesto un grupo para vigilar el barrio por la noche a ver si podremos cazarle o cazarla. — dijo el compañero.

_ ¡Bien echo! Haz lo que tú sabes y luego me explicas lo que has encontrado que yo ahora vengo. — dijo Charly.

_ ¿Dónde vas? — dijo su compañero.

_ ¡A trabajar como tú! Pero en otro terreno…

 

Charly salió del callejón y se dio una vuelta a la manzana andando solo a ver que veía por los alrededores. Porque esta mujer ha aparecido muerta como un caso que tenía anteriormente y eso no le gusta mucho. Como iba caminando por las calles de Madrid Charly empezó a observar a todo el mundo que veía por ahí incluso mujeres que trabajaban de noche.  Al llegar otra vez al callejón donde estaba la mujer muerta Charly le pregunta.

_ ¿Sabes cómo se llama? — dijo Charly.

_ ¡No! No tiene documentación. Y con la ropa que tiene puesta me imagino que no es de por aquí. — dijo el compañero.

_ ¡No es de por aquí! El camarero ha dicho que venía todos los días a la misma hora y se sentaba en la misma mesa y cogía el periódico. Pero no saben cómo se llama. La conocían como la mujer de rojo.

_ ¡Pues la llamaremos así la mujer de rojo! Hasta que sepamos su verdadero nombre.

_ Cada vez este barrio de Madrid me gusta menos, porque siempre tiene que pasar algún crimen. Me gustaría limpiar todo esto y dejar mi barrio de Madrid sin miedo de la gente.  — dijo Charly.

_ ¡Algún día lo lograremos Charly! ¡Algún día! — dijo su compañero.

Una vez que el compañero de Charly se fue a dejar todas las pruebas a la comisaría Charly se fue como siempre a investigar por su cuenta.

Charly sabía que mucho no iba a encontrar nada porque era de noche y la gente a esta hora solo estaban la gente que no quería hablar mucho con la policía así que, sobre las tres de la mañana Charly se fue a dormir para mañana bien temprano levantarse y ponerse a investigar otra vez por donde estuvo, pero esta vez de día.

AL DÍA SIGUIENTE

Charly a las siete de la mañana se levantó y se puso rumbo a su trabajo, porque tenía un caso que tenía que descubrir lo antes posible. Una vez que llega a la comisaría de policía le dice a su compañero:

_ ¿Ya estas listo para hacerte mayor? — dijo Charly riéndose…

_ ¡Ya soy mayor! Lo único que quiero es coger a este asesino de mujeres. — dijo su compañero.

Charly y su compañero se van al bar donde estaba siempre la mujer de rojo. Una vez que entra por la puerta el detective Charly le dice a su compañero.

_ ¡Observa y aprende como es un detective! — dijo Charly con su sombrero y sus gafas de sol.

_ ¡Vale! — dijo su compañero.

_ ¡Camarero dos cervezas! — dijo Charly.

_ ¡Voy señores! — dijo el camarero.

Una vez que el camarero les puso en la mesa las dos cervezas y Charly pone la placa de policía encima de la mesa el camarero le mira muy serio y le dice:

_ ¿Les pudo ayudar en algo? — dijo el camarero.

_ ¡Sí! ¿Qué e puedes decir de la mujer de rojo como todos la conocéis en este bar? — dijo Charly tomando la cerveza.

_ ¡Pues…! Que puedo decirte detective. Lo único que sé es que venía siempre a la misma hora de siempre y se sentaba en la mesa de siempre todos los días.  Y cuando le ponía el café se levantaba a coger ese periódico que está en la barra del bar. — dijo el camarero.

_ ¡Ese periódico! — dijo Charly.

_ ¡Sí! — dijo el camarero.

_ ¡José puedes traerme el periódico! — dijo Charly.

José se levantó y le trajo el periódico y lo puso encima de la mesa….

_ ¡Gracias compañero! — dijo Charly.

_ ¿Algo le puedo ayudar detective? — dijo el camarero.

_ ¡Por ahora no! Puedes volver a su trabajo. ¡Gracias por su cooperación! — dijo Charly.

Mientras tanto Charly estaba en el bar bebiéndose un café con su compañero empieza a pensar en los casos anteriores que ha resuelto.

_ ¿Por qué José siempre me toca resolver los casos de mujeres muertas? — dijo Charly mientras que tomaba café.

_ ¡No lo sé jefe! Seguramente será porque los resuelves muy rápido y por eso el jefe te los da a ti y no a otro. — dijo José.

_ ¡Puede ser! Pero hay algo que no comprendo en el caso. — dijo Charly.

_ ¿Qué es lo que no comprendes? — dijo José.

_ Porque el asesino deja a victima en un callejón. ¿Por qué no la deja en otro lugar? — dijo Charly.

_ ¡Charly! El tiempo que llevo trabajando contigo es la primera vez que estás hablando más de la cuenta. Siempre eras muy callado. — dijo José.

_ ¡Ya lo sé! Será porque no me gusta estas cosas cada dos por tres. Pero es mi trabajo. Como lo que vamos hacer ahora mismo tú y to. — dijo Charly.

_ ¿Qué vamos hacer? ¡Charly! — dijo José con cara de asustado.

_ Levanta esa cara que no vamos hacer nada ilegal. Lo que vamos hacer tú yo es investigar a toda esta gente que está en el bar, así que, ponte a escoger todos los nombres de todos, porque yo voy donde apareció el cadáver a ver si veo algo nuevo que no vimos. — Charly.

_ ¡Charly no me vas a dejar solo con toda esta gente! ¡Eh! Tú el de la gorra no salgas por la puerta. ¡Quédate donde estas ahora mismo! — dijo José con un tono un poco mosqueado.

_ ¡Yo! Dijo el hombre.

_ ¡Sí! Hay otro que tenga gorra por aquí. Porque yo no lo veo. — dijo José.

_ No nos puedes detener sin hacer nada. ¡Conocemos nuestros derechos! — dijo el hombre un poco nervioso.

_ Como conoces tus derechos esto no es una detención por ahora así que, tú vas a ser el primero en darme tus datos. — dijo José.

El hombre de la gorra todo mosqueado se sacó la documentación y se la puso en la mesa.

_ ¡No! En la mesa no. Dámela en la mano. — dijo José.

_ ¡Así te vale! — dijo el hombre.

_ ¡Ahora si me vale! ¡señor Garcia! Si quieres se puede ir, pero no muy lejos que nos volveremos a ver en estos días.

_ ¡Lo tendré en cuenta! — dijo el hombre Gracia un poco molesto.

Al cabo de una media hora así el detective José cogió todos los nombres que estaban en el bar. Nada más terminar se dirigió dónde estaba Charly en la parte de atrás del bar.

_ ¡Charly! Ya tengo todos los nombres que estaban del bar. — dijo José.

_ ¡Buen trabajo! Así empieza un buen detective. — dijo Charly.

_ ¿Anotando nombres a los sospechosos? — dijo José.

_ ¡No! A ver como se comportaban la gente del bar al coger los datos de todo el mundo. — dijo Charly.

_ ¡Ah! — dijo José.

_ ¿Me vas a decir cómo se llama el hombre que tenía prisa en irse del bar? — dijo Charly.

_ Y, ¿Cómo sabes que había uno que tenía mucha prisa? — dijo José sorprendido.

_ ¡La experiencia! Te recuerdo que llevo muchos años trabajando siendo detective. — dijo Charly.

_ ¡Se llama García! — dijo José.

_ ¿Gracia que más? Porque te recuerdo en Madrid hay muchos Gracia. — dijo Charly.

_ ¡Ah, sí es verdad! Enrique Gracia Yuso. — dijo José.

_ Con que se llama así. — dijo Charly muy pensativo.

_ ¡Así es! Tenía mucha prisa en irse y muy nervioso estaba. — dijo José.

_ Vamos a hacerle una visita a su casa. ¿Por qué es de por aquí cerca? — dijo Charly.

_ ¡Así es! Unos cuantos metros de aquí. — dijo José.

Una vez que Charly investigo el callejón por segunda vez a ver si veía alguna pista que le llevara directamente al asesino de la mujer de rojo no vio nada que le condujera quien lo hizo. También sospecha que a la mujer de rojo no la mataron en el callejón…

_ ¡José, vámonos! Aquí no vamos a encontrar nada quien mato a la mujer de rojo. — dijo Charly.

_ ¿Cómo sabes que este no es el lugar del crimen! — dijo José mientras que salían del bar.

_ ¡Muy fácil! Si te das cuenta como vistes el cadáver estaba colocado de una posición muy sospechosa. ¡Llama a ver si ya saben de qué ha muerto! Porque todavía no me han informado de ellos. — dijo Charly.

_ ¡Ahora mismo llamo! — dijo José.

Mientras tanto Charly y José esperan a ser informados de que murió la víctima, se quedan mirando a la puerta del bar a ver quién entra y sale.

Al cabo de unos quince minutos en el coche sentados, le llaman a José diciéndole como murió la mujer de rojo.

_ ¡Hola José! Soy Martin, la mujer de rojo para tu información murió asfixiada y diez minutos después la apuñalaron para hacer que fue un robo. ¡Es mi teoría! Y, por otro lado, la mujer de rojo se llama Soledad Gómez Rojo. — dijo Martín.

_ ¡Gracias Martín! Se lo diré a Charly a ver que dice él. Si te enteras de algo, me llamas. — dijo José.

_ ¡La mujer de rojo se llama...! — dijo José.

En ese momento dijo Charly interrumpiendo a José.

_ ¡Lo he escuchado todo! La mujer se llama Soledad Gómez Rojo. Y, fue asfixiada y luego apuñalada. — dijo Charly.

_ ¡Así es! ¿Se escucha mucho cuando hablo? — dijo José.

_ Yo procuraría hablar más despacio los dos. Porque siempre que hablar por teléfono se te escucha… — dijo Charly.

_ ¿Entonces sabes que hablo con una chica? — dijo José.

_ ¡Todos de la comisaria lo sabe! Pero pasamos así que, vamos al trabajo. — dijo Charly.

_ ¿Dónde vamos ahora? — dijo José.

_ ¡Donde vamos a ir! A por Enrique García Yuso. Quiero hablar con el cara a cara a ver si me miente mirándome a los ojos…

Mientras Charly y su compañero José se van a la casa de Enrique a ver que les puede decir sobre el asesinato de Soledad Gómez Rojo, porque Charly tiene una intuición de que fue él o alguien cercano a él.

Una vez que llegan al domicilio de Enrique… y ven que no hay no contesta nadie, el detective Charly entra en la casa. Una vez dentro ve el cuerpo tirado en el comedor de Enrique… hay con algunos cortes por el cuerpo. José al ver el cuerpo tirado en el suelo y toda esa sangre llama a los compañeros para que venga la científica a procesar el crimen.

Ya una vez dentro de la casa empiezan a mirar por toda la casa a ver si ven alguna prueba que los puede llevar al anterior crimen de la mujer, pero por el momento no ven nada. Se notan que limpiaron la casa antes de marcharse.

 

_ ¡Otro crimen más! — dijo José.

¡Así es la vida! Un crimen te lleva a otro crimen o a ningún sitio. Todo depende como lo mires. — dijo Charly.

_ ¡Si he hablado hace poco con él! Como ya está muerto. — dijo José.

_ El asesino sabe que vamos detrás de él y quiere quitarse testigos que le puedan delatar del crimen anterior. Pero todo fue por tu buen trabajo en el bar, así que el verdadero asesino estaba en ese bar cuando empezasteis a investigarlos uno por uno. — dijo Charly.

_ ¿Revisamos uno por uno? Porque son unas cuantas Charly. — dijo José.

_ ¡Ya lo sé! — dijo Charly quitándose las gafas mientras veía el cadáver en el suelo.

Mientras tanto Charly ahí agachado viendo el cadáver a ver que podía ver alguna pista que le lleve al asesino de ambos cadáveres, pero no veía nada. El cuerpo estaba vez estaba allí tirado en mitad del comedor y se notaba que había muerto en ese mismo lugar donde estaba.

Una vez que llegaron los refuerzos y empezaron a ver el cadáver, le dijeron a Charly que este hombre había muerto por apuñalamiento y no había marcas de esfuerzos como se veía. Charly estaba cada vez un poco más mosqueado porque sabía que este hombre le iba a decir quien mato a la mujer de rojo. Ahora Charly esta como al principio, sin pistas…

_ ¡José! Estamos como al principio, sin pistas hacia el asesino. — dijo Charly.

_ ¿Qué raro jefe que tu digas eso? Nunca lo había escuchado decir eso de tu boca. — dijo José.

_ ¡Ya lo sé! Siempre hay una primera vez para todo ¿No? — dijo Charly que cada vez hablaba más…

_ ¿Por qué no Charly volvemos al bar a ver que vemos? — dijo José porque le vino una intuición de que el asesino podía estar por allí.

_ ¿Para qué? Si hemos venido hace nada de allí. — dijo Charly.

_ ¡Ya lo sé! Pero me ha dado una intuición de que el asesino puede ir al bar. — dijo José.

_ ¡La verdad, no hacemos nada aquí! ¡Vamos! — dijo Charly poniéndose las gafas y el sombrero.

Una vez que regresan al bar donde ocurrió todos los hechos del crimen, Charly antes de entrar empieza a hablar con su compañero José.

_ ¡Vamos hacer unas cosas José! — dijo Charly.

_ ¿Dime? — José.

_ Vas a entrar tu solo primero a ver qué pasa con la gente y te vas a sentar en la mesa donde se sentaba la mujer de rojo… — dijo Charly.

_ ¡Soledad Gómez Rojo! — dijo José.

¡Sí! Y, te vas a tomar algo y empiezas a observar a la gente con la lista de sospechosos. Apuntas a los hombres que recuerdes que estaban antes, vale. — dijo Charly.

_ y, ¿Tú qué vas hacer? — dijo Charly.

_ ¡Quedarme aquí fuera a ver si sale alguno con cara de sospechoso! Esto siempre funciona. El asesino cunado se ve acorralado se va a refugiarse a su lugar más seguro que puede ser su casa. — dijo Charly.

_ Y, ¿Cómo sabes que funcionara este plan? — dijo José.

_ ¡Nunca lo sabes si no lo intentas! ¡Así es la vida! Hay que jugársela cada dos por tres hasta que salga bien. — dijo Charly.

¡Gracias por los ánimos! — dijo José.

_ ¡No hay de qué! — dijo Charly con una pequeña risa.

Una vez que José entra en el bar solo a ver la respuesta que hacen los que están dentro del bar todos se le quedan mirando a ver qué hace. José se sienta en la mesa que se sentaba la mujer de rojo y pide un café.

_ ¡Camarero, un café! — dijo José.

_ ¡Ahora mismo detective! ¡Un minuto! — dijo el camarero levantando el dedo.

_ ¡Vale! — dijo José. — No tengo prisa.

E ese momento José empezó a observar a todos los que había en el bar a ver que movimientos hacían cada uno. Más o menos se acordaba de unos cuantos, otros no los había visto nunca en la vida.

En ese momento el camarero le trae el café.

_ ¡Detective, aquí tienes su café! — dijo el camarero

_ ¡Gracias! — dijo José.

_ ¿Ya tenéis al asesino? — dijo el camarero.

_ ¡No! Pero ha cometido otro crimen y ese crimen le ha delatado. ¡Dentro de nada caerá! — dijo José riéndose.

_ ¡Qué! ¿Otro más? ¿Quién ha sido esta vez? — dijo el camarero.

_ Esta vez ha matado a Enrique Garcia yuso en su propia casa. Y, sabemos que era cómplice del asesinato de la misteriosa mujer de rojo, por decir así….

El camarero todo sorprendido se quedó sin palabras. También, algunas miradas de los hombres y mujeres del bar estaban impresionados con la noticia, pero en ese momento, uno de los hombres del bar se levanta y se dirige a la puerta de salida. Una vez fuera Charly le empieza a observar mientras José se queda en el bar tomando el café para no sospechar.

Charly le empieza a seguir disimuladamente. Charly se para para comprar en el kisoco el periódico y dejar al sospechoso que se alejó durante unos metros más lejos que antes.

José sale del bar dejando el dinero encima de la mesa del café y se dirige a la misma dirección del sospechoso.

El sospechoso empezó a andar y andar a ver si le seguía alguien, pero él no veía nada por ahora. Una vez casi llegando al embarcadero Charly se apresura un poco y andando un poco más ligero porque no se fía que se vaya en alguna lancha o un pequeño barco.

Charly antes de bajar las escaleras al embarcadero al sospechoso le da el alto.

_ ¡Alto! ¡Detente! — dijo Charly.

El sospechoso siguió adelante como si nada a ver si podía despistarlo. Pero Charly no le quedo otra que echar un poco a correr y era la primera vez que corría detrás de un hombre después de tantos años. Charly se tuvo que quitar el sombrero y las gafas para correr mejor. Pero en ese momento que Charly iba detrás de el a unos cuantos metros del sospechoso, José apareció como Superman abalanzándose encima del sospechoso y cayendo los dos al agua. Charly se quedó impresionado con lo que vio y dijo:

_ ¿Qué te crees que eres Superman? — dijo Charly.

_ ¡No! ¿Pero le hemos cogido al asesino? — dijo José todo mojado.

_ ¡Yo creo que sí! Ahora veremos a ver que nos dice cuando le interroguemos. — dice Charly.

Una vez Charly y su compañero en la comisaría empiezan a hablar con él.

_ ¡Bueno! ¿Ya sabes por qué estás aquí? — dijo Charly.

_ ¡No! — dijo el sospechoso.

_ ¡Muy bien! Te refrescaré la memoria un poco Carlos Ruiz Peña. ¡Alias piraña! ¿O equivoco? — dijo Charly.

En ese momento entra José y le dice todo mosqueado.

_ ¿Por qué mataste a la mujer de rojo y a enrique? ¿Dinos? — dijo con un tono más elevado de lo normal.

_ ¡José sal fuera! — dijo Charly.

Una vez que José se fue de la sala de interrogatorio empezó hablar más despacio Charly para ganarse su confianza.

¡Disculpa a mi compañero! — dijo Charly.

_ ¿Es normal que se ponga así en todos los interrogatorios? — dijo Carlos…

_ ¡No! Pero no le gusta que maten a las mujeres indefensas. — dijo Charly.

_ ¡Yo no he matado a nadie! — dijo Carlos.

_ ¡Eso dicen todos! Pero tenemos pruebas que se te relacionan con las dos muertes. Y, la verdad, lo tienes muy mal. — dijo Charly.

En ese momento, Carlos empieza a hablar y dice:

_ Tú no sabes en donde te estas metiendo. ¡Es muy grande para ti! — dijo Carlos.

_ ¿A qué te refieres que es muy grande para mí? — dijo Charly mirándole a los ojos sin parpadear.

_ ¡Que este caso te viene muy grande! Lo mejor es que lo dejes y te dediques a otra cosa. — dijo Carlos riéndose.

_ ¿Prefieres comerte las muertes? — dijo Charly.

_ ¿Qué quieres una confesión? ¡Sí! Los he matado yo a la mujer de rojo y a enrique en su casa. ¿Te vale con eso? — dijo Carlos con un miedo.

En ese momento: entra la jefa de Charly y le dice:

_ ¡Caso cerrado! Ya lo tenemos Charly. ¡Empapélalo! — dijo la jefa.

_ ¡Pero jefa! Está cubriendo a alguien y lo sabes. — dijo Charly insistiendo en seguir con el caso.

_ ¡No se abra más! Este caso está cerrado y ponte a trabajar en otros que hay por ahí… — dijo la jefe con tono mosqueada.

En ese momento Charly le pega una patada a la silla al ver que el verdadero culpable este suelto por ahí…

Una vez resuelto este caso Charly y José empiezan a hablar a escondidas de la jefa.

 

_ José yo no me voy a quedar al margen de este caso. Si tengo que investigar a escondidas lo haré. — dijo Charly.

_ Pero ¡Charly! Como te pille la jefa te abrirá un expediente. — dijo José.

_ ¡Me da igual! Pero este caso es muy grande y tengo que investigarlo como sea. — dijo Charly.

_ ¿Por qué eres así ahora, antes no eras así? — dijo José.

_ ¡Los tiempos cambian José! Y, también as personas. — dijo Charly.

_ ¡Ya veo Charly que cambian las personas! ¡Ya veo! — dijo José.

Al cabo de unos minutos nuestros amigos se van cada uno a sus mesas para ver cosas tienen que hacer. Charly al sentarse en la mesa y ver todas esas fotos y papeles encima de la mesa empieza a pensar en el anterior caso que su jefa había cerrado ya. Charly lo que quiere es cerrar al verdadero culpable de este crimen. Empieza a mitrar a su compañero con unos ojos que le comía solo con la mirada. El compañero de Charly, José le empieza mirar con esa mirada de pensativo y le dice:

_ ¡Charly! ¿Qué piensas? Esa mirada tuya no me gusta mucho. — dijo José que poco le iba conociendo cada vez más.

_ Por lo poco que me conoces y lo que has escuchado de mí, sabes que yo nunca dejo un caso abierto todavía. — dijo Charly.

_ ¡Ya lo sé! Pero no tenemos otra opción Charly que hacer caso a la jefa que es la que manda. ¡Déjalo pasar! A mí también me jode, pero que le vamos hacer. ¡Son órdenes y punto! — dijo José.

_ ¡Tienes razón! ¿Hay algo nuevo para nosotros? — dijo Charly con pocas ganas.

_ ¡De momento no! ¿Si quieres le hacemos una vista a la jefa? — Dijo José.

_ ¡No me apetece verla ahora mismo! Con esa cara que tiene de pocos amigos lo mejor es ponerse a un lado ahora mismo antes que te arrastre por delante. — dijo Charly con pocas ganas…

En ese momento José se levantó de la mesa y todos los compañeros mirándole con unas caras de silencio. Una vez que llega al despacho de la jefa, José abrió la puerta tan despacio que le daba hasta miedo pasar…

_ ¡Adelante José puedes pasar no te voy a comer! — dijo la jefa.

_ ¡Vale! — dijo José con una pequeña risa.

_ ¿Qué pasa? ¿No tienes trabajo que hacer? — dijo la jefa.

_ ¡Es eso jefa! ¿No sabemos qué caso escogemos para nosotros? — dijo con un poco de miedo.

_ ¡Muy fácil! ¡Tomar este! Va sobre un grupo de personas que han empezado a robar y luego matar a las personas. — dijo la jefa.

_ ¡Vale! Veremos a ver si lo resolvemos. — dijo José.

Una vez que José sale de aquel lugar donde todo el mundo de la comisaria no quiere pisar, empieza a leer por encima el caso. Una vez que llega a la mesa de Charly y le dice:

_ ¡Toma Charly! ¡Ya tenemos coso! — dijo José con una pequeña risa.

_ ¿Qué caso es? — dijo Charly con pocas ganas.

_ Va sobre unos atracadores y después del atraco mata a sus víctimas del robo. — dijo José.

_ ¡A ver! ¡Déjame echarle un vistazo! — dijo Charly un poco entusiasmado.

Charly al empezar a leer el caso observando cada detalle del caso empezó a sacar sus propias preguntas.

_ ¡José! Creo que este caso puede ser el mismo caso que la jefa no quiere que sigamos.

_ ¿Por qué lo dices? ¡Charly! — dijo José.

_ ¡Por las muertes! Estas personas las mata y las deja tiradas por ahí sin miedo a ser encontradas por alguien. ¡Vamos a ver al forense a ver el cuerpo de este hombre! — dijo Charly levantándose de la silla rápido y poniéndose la gabardina y el sombrero.

_ ¿Por qué la jefa nos da un caso que puede ser relacionado con el otro caso y no quiere que sigamos con el anterior caso? ¡No lo entiendo Charly! — dijo José.

_ ¡Porque quiere que lo hagamos con la mayor discreción posible!  — dijo Charly.

Una vez que se van nuestros amigos donde el forense a ver el cadáver del nuevo caso.

Una vez que llegan donde el forense nuestro amigo José al entrar dentro empieza como a marearse…

_ ¿Qué te pasa José? — dijo Charly al mirarle que se iba para los lados…

_ ¡Me estoy mareando! — dijo José.

_ ¿Es la primera vez que entras a este lugar? — dijo el forense.

_ ¡Así es! Nunca había entrado aquí con este olor… — dijo José.

_ ¡Sal fuera! Luego te cuento. — dijo Charly mientras que le ayudaba a salir fuera.

Una vez que Charly entra dentro y empieza hablar con el forense y le dice:

 _ El cuerpo y la causa de la muerte es por un cuchillo bien grande. — dijo el forense.

_ ¿Cuántas puñaladas le dieron? — pregunto Charly entusiasmado.

_ ¡La verdad! Se viciaron con el quien fuera. Luego más tarde si quieres te paso el parte para que lo sepas. Ahora mismo estaba revisando los cortes y le iba hacer la autopsia. ¿Quieres quedarte? — dijo el forense.

_ ¡Déjalo! Luego me mandas el informe detallado que yo llevo este caso ahora. — dijo Charly.

_ ¡De acuerdo! ¿Se le habrá pasado a José el mareo? — dijo el forense.

_ ¡No lo sé! Pero espero que sí, porque ahora mismo nos vamos a ir al lugar del crimen.

Una vez que Charly sale de la sala del forense y ve allí sentado a José hablando con un compañero le dice:

_ ¿Cómo estas José? — dijo Charly.

_ ¡Bien! Ya me encuentro algo mejor. ¿Qué te ha dicho el forense? — dijo José mientras se levantaba de la silla.

_ ¡Vamos y te pongo al día! — dijo Charly.

_ ¡Vale! ¡Hasta luego Roberto! Espero que resolváis vuestro caso. — dijo José.

_ ¡Igualmente José! — dijo Roberto.

Nuestros amigos Charly y José se ponen rumbo al escenario del crimen para ver si encuentra alguna pista que los pueda llevar al verdadero culpable de todos los asesinatos que ha habido en la ciudad.

Una vez que llegan al lugar del crimen ven que está precintado como en todos los escenarios cuando hay un crimen. Charly pasa por debajo de la cinta y empieza a mirar a través de sus gafas oscuras el escenario, al ver que no ve bien lo que quiere ver con un gesto de la mano derecha se quita las gafas y se las coloca en el botón de la camisa colgadas y empieza andar hacia una de las paredes de aquel callejón solitario y vacío.

Una vez que llega a la pared se agacha a por una tarjeta de visita a uno de esos clubes de muy poca gente se atrevería pasar. Al revisar la tarjeta y por detrás de la tarjeta pone un número de teléfono, Charly llama a José y le dice:

_ ¡José! Ven un momento. — dijo Charly.

_ ¿Qué pasa Charly? ¿Has descubierto algo? — dojo José.

_ ¡Así es! ¿Averigua de quien es el número de teléfono de esta tarjeta? — dijo Charly.

_ ¡Vale! ¡Ahora vengo voy al coche! — dijo José.

Al cabo de unos minutos Charly seguido revisando todos los rincones de ese callejón donde encontraron a la mujer muerta. Mientras tanto, José averigua de quien es el número de teléfono que había en la tarjeta por detrás.

_ ¡Charly! Ya sé a quién pertenece el número de teléfono. — dijo José mientras donde estaba Charly.

_ ¿A quién pertenece ese número? — dijo Charly entusiasmado.

_ ¿A quién va ser? Al que interrogasteis y te dijo que esto te queda muy grande. — dojo José.

_ ¿Carlos? — dijo Charly muy sorprendido.

_ ¡Así es! De Carlos. — dijo José.

_ ¡Muy bien! Vamos a hablar con Carlos. — dijo Charly.

Nuestros amigos abandonan el lugar del crimen para poder hablar con el dueño del número de teléfono, que no es ni nada ni menos que el detenido Carlos.

Una vez que regresan a la comisaría de policía van directo a hablar con la jefa de policía…

_ ¡Se puede pasar jefe! — dijo Charly con algo de miedo.

_ ¡Pase Charly! No te voy a comer…

_ ¡Vale! — dijo Charly.

Una vez que Charly entra al despacho de la jefa con José muy despacio le dice la jefa:

_ ¿Pasa algo Charly? — dijo la jefa un poco mosqueada al ver a Charly en el despacho por primera vez en la vida.

_ ¡La verdad! ¿No te mosques con lo que te voy a decir? — dijo Charly mientras que José estaba mirando el móvil porque tenía miedo a la jefa.

_ ¿Según lo que sea? — dijo la jefa.

_ Hemos encontrado una pista de este nuevo caso que está relacionado con el anterior caso que tú me has prohibido seguir. — dijo Charly. 

_ ¿Como con el anterior caso, Charly? ¿No te dije que ese caso está cerrado? — dijo la jefa.

_ ¡Así es, jefa! Pero tú yo sabemos que no me iba a quedar con las manos cruzadas y tenías una intuición que podía estar relacionados este caso y el anterior… — dijo Charly.

_ ¡Por eso soy jefa! — dijo la jefa.

¡Ya lo sabemos, jefa! — dijo José.

_ ¡Bueno! ¡Al grano Charly! ¿Qué pasa? — dijo la jefa.

_ Hemos encontrado una tarjeta de un club con un número de teléfono apuntado por detrás, y el dueño de dichoso número es Carlos, el anterior caso. — dijo Charly.

_ ¿Queréis interrogarle? — dijo la jefa.

_ ¡Así es! ¿Nos dejarías hacerlo? — dijo Charly.

_ ¿Qué garantías tengo que te centraras en este caso y dejaras atrás el anterior? — dijo la jefa un poco intrigada.

_ ¡Ninguna jefa! Cuando me hice policía me hice para defender al mundo de personas como esta, no dejar escapara a los ladrones, asesinos, etc. — dijo Charly.

_ ¡Eso es verdad! Veremos a ver que puedo hacer. Yo ahora os aviso que tengo que hacer unas llamadas y te digo. — dijo la jefa.

_ ¡Vale! — dijo Charly con una sonrisa de oreja a oreja.

Charly y su compañero José se fueron a su mesa a esperar esa llamada de la jefa que le pueda dejar interrogar al sospechoso Carlos sobre ese número de teléfono…

Al cabo de media hora así más a menos nuestra jefa sale del despacho y se dirige a la mesa de Charly y compañía mientras todos en la comisaría nada más sabían mirar a la jefa porque nunca había salido de su despacho para hablar con alguien fuera sobre el caso.

_ ¡Ya os he conseguido la orden! ¡Puedes hablar con él solo una hora delante de otro policía! — dijo la jefa.

_ ¡Muchas gracias jefa! — dijo Charly dándola un beso delante de toda la comisaría…

Muestro amigo Charly y compañía se van de la comisaría directo a la prisión donde se encuentra el detenido Carlos…

Una vez que llegan a la prisión Charly empieza a pasar los pasillos de la prisión mientras José al pasar nada más sabia mirara a todos los presos que había en sus celas… 

Una vez que Charly saca a Carlos de su celda y lo lleva custodiado por dos agentes más por si se revela contra él y compañía, por fin llegan a la sala de interrogatorios… uno de los policías le dice a Charly:

_ ¡Charly tienes una hora! Y, como me ha dicho tú jefa contrólate que luego tendré que dar parte a ella. Recuerda que tu jefa ha movido muchos papeles para hacerte este favor… — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Lo tendré en cuanta! Solo quiero coger al asesino que mata a las mujeres y las abandona en los callejones… — dijo Charly.

_ ¡Está bien! — uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Bueno! Ya estamos solos cara a cara otra vez. — dijo Charly con esa sonrisa de oreja a oreja.

_ ¡Sí! ¿Te crees me vas a sacar algo? — dijo Carlos mirando a Charly a los ojos…

_ ¡No lo sé! Lo único que sé es que este caso no es muy grande para mí. Así que, aquí va mi pregunta: ¿De quién es esta tarjeta que tú le pusisteis el numero? — dijo Charly acercando su cara a la suya.

En ese momento el policía le dice a Charly:

_ ¡Charly! Siéntate y céntrate en tú trabajo. — dijo el policía.

_ ¡Ya voy! — dijo Charly sentándose.

_ ¡Eso Carlos! ¿A quien le distes la tarjeta? — dijo José.

_ ¡Ya no me acuerdo! — dijo Carlos.

_ ¡As cometido un error! As admitido que le distes la tarjeta al asesino. — dijo Charly riéndose.

_ ¡Puede que yo no fuera! Y, te he dicho que he sido yo. Ya me da lo mismo si me voy a tirar muchos años aquí encerrado. ¡Por unos cuantos más! — dijo Carlos.

_ ¡A ver Carlos! Sabes que te puedes quedar sin cenar si no me das un nombre. Porque puedo tirarme todo el tiempo que yo quiera, porque gente como tú ya no tienen privilegios en la cárcel. — dijo Charly mirando José.

_ ¡Eso no podéis hacerlo! ¡Guardia! ¿A que no puede hacerme eso? — dijo Carlos con una cara de asustado. 

_ ¡Él es mi jefe! Yo no puedo decir nada. Lo mejor dile un nombre y se va. —  dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

Nuestro amigo Charly se acerca donde el policía y le dice:

 _ Que le deje solo con él unos segundos nada más, que no le va hacer nada. — dije Charly.

_ ¡Charly eso no puedo hacerlo! — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡un minuto! Te prometo que no le hago nada. Puedes mirar por la mirilla…. — dijo Charly.

_ ¡Está bien! Pero si me ponen un expediente es por tú culpa y tienes que dar la cara tú por mí. — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Echo! ¡Gracias! — dijo Charly.

_ ¡Charly ahora vengo voy a por una cosa! dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Está bien! — dijo Charly.

_ ¡Eh! Eso no puedes hacer. No puedes dejarme solo con Charly aquí… — dijo Carlos muerto de miedo.

En ese momento el policía se va y cierra la puerta. Charly se queda solo con Carlos y José. Las miradas entre Charly y Carlos empiezan a ponerse más caliente e incluso Carlos empieza a sudar por la frente…

_ ¡Eso es malo! — dijo Charly.

_ ¿Qué es malo? — dijo Carlos.

_ ¡El sudor por la frente! Dime un nombre y no te molesto más. — dijo Charly.

La mirada de Carlos cada vez se estaba poniendo más nervioso hasta que dice:

_ ¡Está bien! Pero si te digo un nombre necesito algo a cambio. — dijo Carlos.

_ ¿Qué quieres a cambio? — dijo Charly.

_ Quiero que me cambies de pabellón a otro más inferior y salir al patio un poquito unos minutos más que otros presos…— dijo Carlos.

_ ¡Eso es mucho pedir! — dijo José.

_ ¡Eso es verdad! Lo único que puedo hacer es cambiarte a otro pabellón más inferior y según como vallamos con la investigación poder conseguirte otra cosa. — dijo Charly.

_ ¡Poco a poco! — dijo Carlos.

_ ¡Así es! Tú me das. Yo te doy. Así funciona esto. Te recuerdo que estas aquí por asesinato. — dijo Charly.

_ ¡Vale! El hombre que buscáis se llama Jovic petrok. Dirige un club de alterne en la ciudad. — dijo Carlos.

_ ¡Vale! Pero, ¿Cómo se llama ese club? Para saberlo. — Charly.

_ El club se llama La mujer de rojo. En la entrada del club hay una mujer de rojo en el cartel. — dijo Carlos. 

_ ¡As visto como no era tan difícil Carlos! — dijo Charly.

_ ¡Espero que cumplas tú trato! — dijo Carlos un poco en dudas…

_ ¡Tendrás lo que te he prometido! Así que, ¡volveremos a vernos! — dijo Charly mientras se dirigía a la puerta.

En ese momento José da tres golpes en la puerta para que abra para poder salir, y en ese momento dijo el guardia…

_ ¿Ya tienes lo que buscas Charly? — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

¡Por el momento me vale! Dejarle en aislamiento hasta que le podamos cambiar de pabellón a otro más inferior. — dijo Charly.

_ ¡Pero Charly! — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Hazme caso! Yo ahora mismo voy a hablar con mi jefa a ver que pueden hacer. Ahora mismo le tengo donde quería. Es capaz de darme poco a poco todos los nombres de la organización y acabar con todo este caso para siempre metiendo entre rejas a los jefes. — dijo Charly.

_ ¡Pero si lo haces acuérdate de mí! — dijo uno de los funcionarios amigo de Charly.

_ ¡Claro que sí! Vas a ascender a otro nivel… — dijo Charly.

En ese momento se van de la prisión directo a la comisaría de policía para hablar con la jefa contarle todo lo hablado con Carlos…

Una vez que Charly y compañía llegan a la comisaría de policía se van directo a la oficina de la jefa.

_ ¿Podemos pasar jefa? — dijo Charly con una pequeña risa de oreja a oreja.

_ ¿Qué habéis descubierto? ¿Por qué te veo una sonrisa de oreja a oreja? — dijo la jefa sonriendo.

_ ¡Hemos sacado un nombre! Y de ese nombre una pista. — dijo Charly.

_ ¡Bueno! ¿A qué esperas a decirme ese nombre para poder investigar? — dijo la jefa.

_ ¡Se llama Jovic petrok! — dijo Charly.

_ ¿El mismo Jovic petrok de muchos clubs de alternes? — dijo la jefa.

_ ¡Así es! Ese mismo jefe.  — dijo Charly.

_ ¿Qué hacemos jefa? — dijo José un poco pensativo.

_ ¡No lo sé! Ahora solo tenemos una confesión de un hombre que está en prisión. Necesitamos más pruebas para poder juzgarle por los delitos de muertes. Y, ¡Espérate si tiene algo más! — dijo la jefa.

_ ¡Charly! Buen trabajo, pero todavía falta más para poder terminar tu caso de las mujeres asesinadas… — dijo la jefa.

_ ¡Poco a poco jefa! Tarde o temprano el culpable salea la luz por su error. — dijo Charly.

_ ¡Está bien! Concentraros ahora mismo quien mato a ese hombre y el robo, pero seguir investigando en secreto a este hombre y sus movimientos porque creo que este caso es muy grande. — dijo la jefa.

_ ¡Está bien! Vamos a dejar por ahora a este Jovic petrok y vamos a resolver el caso del robo y esperar que cometa un fallo y tener más pruebas para poder juzgarle ante la ley. — dijo Charly.

_ ¡Eso es Charly! porque me huele que detrás de esto hay gente muy poderosa detrás… — dijo la jefa.

_ ¡Está bien! — dijo Charly.

Mientras tanto, en la mesa de Charly de llena de papeles de notas y hojas para poder resorber este robo y asesinato de la mujer…

_ ¡Charly! ¿Qué te parece si vamos a dar una vuelta por el club a ver qué pasa? — dijo José entusiasmado por ir…

Charly levanto la cabeza y dejo de leer la hoja que estaba leyendo y dijo:

_ ¿Estás seguro que quieres ir a un sitio de esos? — dijo Charly mirando le a cara.

_ ¡Sí! ¿Pasa algo? — dijo José.

_ ¡No! Era porque me has sorprendido. — dijo Charly.

_ Algún día tenía que ir. Pero esta vez vamos por trabajo. — dijo José.

_ ¿Tú porque quieres ir a ese club, porque has visto algo en ese montón ojos o porque quieres quitarte el estrés? — dijo Charly.

_ ¡Por trabajo! Porque en esta hoja mira lo que pone. — dijo José.

Al ver la hoja Charly se levantó de la mesa y dijo:

_ ¡Es hora de hacerte hombre! Vamos al club. — dijo Charly.

Todos sus compañeros de trabajo se le empezaron a mirar y se echaron a reír…

_ ¡Chavales! ¡Es trabajo! Y, aparte, el chaval nunca ha entrado en un club nunca. — dijo Charly.

_ ¡No les hagas caso Charly! ¡Vamos a por nuestra pista!

Una vez que Charly y compañía llegan al club donde José quiere investigar sobre el asesinato y el robo dice Charly:

_ ¡Bueno José ya estamos en el club! Veremos a ver cómo te comportas- — dijo Charly con una risa de oreja a oreja.

_ ¡Que gracioso eres Charly! — dijo José.

Charly y José entran por la puerta del club como hombres que quien tomar algo y se dirigen a la barra del bar. Una vez en la barra del bar dice Charly.

_ ¡Camarero! ¡Quiero dos wiskis sin hielo! — dice Charly.

_ ¡Wiski! ¿Wiski y sin hielo, estás loco? — dijo José un poco sorprendido.

_ ¡Aquí para pasar desapercibido es así! Sino notaran que eres policía. — dijo Charly.

_ Voy a pagar los wiskis más caros de mi vida. ‘Ya verás! — dijo José con una de pocos amigos.

_ ¡No te preocupes! Vamos a divertirnos y veras lo que te enteraras…  —dijo Charly.

_ ¿Se nota que estas ya acostumbrado en estas cosas? — dijo José.

_ ¡Te recuerdo que soy veterano! Tu no. — dijo Charly.

Nuestros amigos en la barra del bar bebiendo un wiski cada uno y ahí conversando de cosas que no son del trabajo como no sospechar a la gente del bar, y Charly le dice al José.

_ ¡Bueno José! Ya que estamos solos y tú novia no sabe nada que hemos venidos después de un duro de trabajo, porque no vamos ver a esas chicas bailar… — dijo Charly.

_ ¿Por qué no? ¡Vamos! — dijo José.

Charly y José se van donde las chicas que están bailando a ver si descubren algo sobre el asesinato y el robo, porque José tiene una pista sobre el hombre que robo y asesino a la mujer frecuenta estos sitios porque José encontró una pista que les ha conducido aquí….

Una vez allí viendo a las chicas bailar José empieza a mirar a todos los lados a ver que personal hay para poder sacar un perfil a cada uno de ellos.

Al cabo de unos cuantos minutos allí delante de esas chicas bailando casi desnudas en ese pab Charly le dice a José que se fije en el hombre que acaba de entrar por la puerta.

Aquel hombre entro por la puerta del pab un poco llamando la atención. Era alto y un poco corpulento igual que unos cuantos más. Nada más entrar se dirigieron directamente a la barra y luego subieron por las escaleras que estaba al lado de la barra para la primera planta.

Aquello era algo sospechoso porque nadie podría subir por ahí si no era uno de los que mandaba en el pab, pero aquellos hombres algo que no desconfiaba a las personas.

_ ¡José! ¿Has visto por donde han pasado? — dijo Charly.

_ ¡Claro que sí! Por ahí no pasa nadie si no eres el sueño o muy amigo del dueño. — dijo José.

_ ¡Así es! — dijo Charly mientras bebía el wiski.

_ ¿Tú crees que deberíamos investigar a esos que han entrado? — dijo José.

_ ¡No sé! Pero todo el mundo que entra en este pab es sospechoso y más si sube a una zona prohibida. — dijo Charly.

_ ¡Vale! — dijo José-

_ ¡José! Es hora de marcharnos. No es bueno quedarnos aquí ahora mismo. — dijo Charly.

_ ¿Por qué no Charly? ¿Qué pasa? — dijo José un poco asustado.

_ ¡Vayámonos! Tu confía en mí. Ya sabemos más o menos quien a pasado aquí y una vez en la comisaría te explico. — dijo Charly un poco nervioso.

Charly y nuestro amigo José se marcha del pab porque Charly ha visto a una persona que no le ha gustado mucho.

Una vez que llega a la comisaría de policía Charly se quita la chaqueta y el sombrero y los tira contra la mesa y se sienta en la silla enfadado. José al ver como estaba reaccionando de esa forma le dice:

_ ¿Qué te pasa? ¿Por qué reaccionas de esta manera? — dice José preocupado.

_ Nos hemos ido del club porque he visto a un hombre que creía que estaba muerto hace años, y no sé si el me ha visto a mí. — dice Charly.

_ ¡Pues que yo sepa los fantasmas no existen! — dijo José.

_ ¡Ni yo! Espera aquí que tengo que hablar con la jefa y contarle esto porque ella sabe quién es este hombre también. ¡Ahora vengo! — dijo Charly.

Una vez que Charly entra al despacho de la jefa sin pedir permiso dice la jefa:

_ ¿Qué son esos modales Charly? ¿Se te olvido llamar a la puerta? — dijo la jefa un poco molesta.

_ ¡No! O se me olvido llamar. No llame porque no quise llamar para decirte esto que te quiero decir. — dice Charly.

_ ¡Así de claro me lo dices! ¡Lo que faltaba ya! ¿Venga que es eso tan importante para no llamar a la puerta? — dije la jefa.

_ Estábamos José y yo en el pab investigando este caso y he visto a un hombre muerto bajando las escaleras del pab. — dijo Charly.

_ ¿Pero de quien me hablar Charly? — dijo la jefa.

_ ¡Del hombre que vimos morir tú y yo en aquel puente! — dijo Charly con una cara de asustado.

_ ¿No me estarás hablando de Carlos al que matemos en aquel puente? — dijo la jefa.

_ ¡Así es! ¡Es ese mismo, jefa!  — dijo Charly con una cara de asustado.

La jefa cerro todas las carpetas de los casos que estaba revisando y se levantó y se fue a cerrar bien la puerta con pestillo para poder hablar bien con Charly.

_ ¡Haber Charly! ¿Estabas bien seguro que era él? — dijo la jefa.

_ ¡Sí! Era el mismo allí y creo que me miro. Pero ahora mismo tiene más cuerpo que antes.

_ ¡No sé! ¡No sé! — dijo la jefa dando vueltas por el despacho.

_ ¿Qué vamos hacer jefa? ¿Sigo con el caso hasta que el agua nos llegue al cuello, o nos retiramos del caso? — dijo Charly.

_ Retirarnos ahora mismo tendría que dar a mis superiores una explicación y ahora mismo no se que decirles. Pero por ahora vamos a seguir con el caso, pero quiero todos los detalles, aunque sea el más pequeño, porque tú y yo podemos perder mucho. — dijo la jefa.

_ ¡Ya lo sé! — dijo Charly.

_ ¡Pues, eso! Investiga muy despacio a ver que podemos sacar nosotros de este caso sin que nos perjudique a ninguno de los dos. — dijo la jefa.

_ ¡Sí, jefa| — dijo Charly levantados de la silla…

Nada más salir Charly de la oficina de la jefa se fue directo a su mesa. Una vez que se sentó en la mesa se levantó su compañero José y dijo:

_ ¿Qué paso Charly? ¿Algo nuevo? — dijo José.

_ ¡De todo! Este caso cada vez se está complicando más. — dijo Charly con un tono preocupado.

_ ¡Tranquilo Charly que meteremos a todos en la cárcel y veras que todo se arregla!

¡Eso espero! Que salga todo bien. ¿Tenemos algo nuevo del caso? — dijo Charly interesado.

_ ¡Ahora mismo no! ¿Cómo te he dicho antes los fantasmas no existen, pero yo creo que ese hombre sabe muchas cosas y tú le conoces? — dijo José.

_ ¡Así es! Conozco a ese hombre tanto como la jefa como yo. — dijo Charly.

_ Y ¿De qué le conocéis vosotros dos? — dijo José todo intrigado…

_Le conocemos de hace ya tiempo. Pero vámonos de aquí y te lo cuento mejor…— dijo Charly.

_ ¡Vale! — dijo José.

 

Nuestros amigos se van de la comisaría de policía para poder hablar mejor y Charly contarle de que conoce a ese hombre-

Una vez que están fuera de la comisaría se montan en el coche y se van a dar una vuelta mientras que Charly le cuanta de que le conoce tanto la jefa y él.

_ ¡Bueno! No sé cómo empezar esto. Quiero que sepas que de aquí no puede salir lo que hablamos. Me estoy jugando mucho con contártelo. ¡Mejor dicho! Nos estamos jugando la jefa y yo mucho así que, la boca callada. — dijo Charly.

_ ¡Vale! Yo no hablare nada. Lo que me cuentes aquí se queda. ¡Pero me cuentas todo!  — dijo José.

_ ¡Así es!

Una vez que le conté todo a i compañero se impresiono mucho con toda aquella historia. Incluso se quedó sin palabras durante unos minutos, pero aun así me dijo:

_ ¡Vamos a por esos hombres y los vamos a encerrar para toda la vida| ¡Te lo mereces, Charly| — dijo José con toda esa rabia que tenía por dentro!

_ ¡Eso espero encerrarlo para siempre! Lo más importante para mí ahora mismo no es el caso, sino encerrar a ese hombre que nos conoce a la jefa y a mí y nos puede hacer mucho daño a ambos. — dijo Charly un poco mosqueado.

_ ¡No pasa nada! ¿Por qué Charly no vamos a saco ya a por toda esa gente sin temer nada? — dijo José muy seguro de sus palabras….

_ ¿No has escuchado lo que te he dicho antes sobre mí y la jefa? — dijo Charly.

_ ¡Sí! Pero lo que digo es que si vamos con apoyo a muerte a por ellos a darles donde más les duele cualquier agente o juez no se creerán lo que dicen esa gente. — dijo José.

_ ¡Yo creo que tú ves muchas películas de policías! ¿A que sí? — dijo Charly.

_ ¡No! Pero porque no vamos a preguntárselo a la jefa a ver que dice mi plan. — dijo José.

_ ¡Por intentarlo no perdemos nada!

_ ¡Vale! Pero recuerda que es tu plan, no es el mío. — dijo Charly.

_ ¡Claro que sí! Veras que va decir que sí. No le queda otra que arriesgar ya todo igual que tú. — dijo José.

_ ¡La verdad es que sí! Porque ya me ha visto y sabe que puedo ir a por él. — dijo Charly.

Una vez que nuestros amigos llegan a la comisaría de policía y ve a la jefa por teléfono no muy contenta, nuestros amigos se lo piensan si hablar con ella o no ahora mismo.

_ ¡Oyes Charly! — dijo José un poco asustado.

_ ¿Qué pasa José? — dijo Charly.

_ Antes de hablar con la jefa y pedirle todo esto vamos hablar lo o como quieras tú o repasarlo todo esto. — dijo José.

_ ¿No sé a qué te refieres? — dijo Charly un poco fuera de órbita.

_ Me refiero desde que empecemos con el caso este. Primero fue con la mujer de rojo que fue detenido y todo eso. Luego te dice él detenido este caso te viene grande. ¿Te acuerdas? — dijo José.

_ ¡Así es! ¿A qué viene ahora esto? ¿No te vendrás abajo ahora después de convencerme? — dice Charly.

_ ¡No! ¡Para nada! Estoy contigo a muerte Charly. — dijo José.

_ ¡Vale! — dijo Charly.

_ Solo quiero repasar todo desde como empecemos con el caso este. Porque creo que yo viene todo relacionado. La muerte de las mujeres, con el supuesto fantasma que ya le hemos visto… — dijo José.

_ ¡La verdad no sé qué pensar ya de todo esto! Quiero acabar de una vez por todo este caso y meter a todos entre rejas, pero tenemos que estar seguro al cien por cien, que son ellos. Porque si no, tú y yo acabamos entre rejas. —  dijo Charly.

 _ ¡Ya lo sé! Por eso quiero hablar con la jefa a ver que dice… porque este caso se esta alargando más que la obra del escorial…  — dijo José.

_ ¡Lo sé José! Pero como tú y yo sabemos hay mucha gente importante en esto y muy poderosa, ¿Sabes? — dijo Charly.

_ ¡Lo sé! Por eso vamos a desmantelar toda esta falsa, aunque tengamos que arrastrar a quien sea Charly. — dijo José.

_ ¡así es! Vamos hablar con la jefa.

Al cabo de unos minutos esperando allí a ver si a ver que hacia la jefa Charly y compañía estaba un poco indeciso de pasar o no, porque se jugaban su carrera de policías, pero al final pasaron y empecieron a hablar con la jefa.

_ ¿Qué queréis ahora? no ves que estoy muy ocupada. — dijo la jefa.

_ ¡Ya! Pero hemos estado pensando hacer una cosa para acabar con todo este caso que nos esta atormentando tanto a ti como a mí Claudia. — dijo Charly.

_ ¡Te recuerdo que soy tu jefa! Así que, esas confianzas Charly, la dejamos a un lado, ¿Vale? — dijo Claudia la jefa.

_ ¡Esta bien! Pero José ya sabe toda la historia. No es tonto lo ha juntado el solo. Pieza por pieza. — dijo Charly.

_ ¡Así es jefa! El hombre misterioso fantasma que Charly vio en el aquel bar por decirlo así... y nos tuvimos que ir, me di cuenta que había algo más… — dijo José.

_ Pues ya sabes que no puedes decir nada por ahora. ahora te has metido en un juego muy grande, ¿Sabes José? — dijo Claudia la jefa.

_ ¡Lo sé! Por eso, me da igual perder mi trabajo o lo que sea por encerrar a cualquier delincuente que sea. Por eso, me hice policía, para defender la ley y respetarla. — dijo José.

_ ¡Recuerda José! Este juego hay mucha gente muy poderosa. Tan poderosa que te pueden arruinar la vida en un abrir y cerrar los ojos, ¿Sabes? — dijo Claudia la jefa.

_ ¿Entonces que hacemos? ¿Nos quedamos de manos cruzados y hagan ellos lo que quieran y mientras el más tonto paga las consecuencias? — dijo José un poco ya mosqueado.

_ ¡Tranquilízate José! Esto se te esta subiendo la cabeza ya mucho. No quiero que te pase nada malo a ti ni a tu familia. Este juego es muy poderoso. Tan poderoso, que hay gente que ni te lo imaginas detrás de las muertes de muchas personas sin resolver el caso.

_ ¡Pues por eso! Vamos a acabar con todo esto de una vez por todas…  salga como salga las cosas…  — dijo José un poco ya cabreado con esta situación.

  _ ¿Todavía no lo entiendes? Hay gente política en este rollo y yo me juego mi carrera como Charly y solo resolvemos casos los que quieran ellos… — dijo la Claudia la jefa.

_ ¡Lo entiendo jefa! Pero lo que me jode es llegar a un punto del caso y no poder resolverlo por culpa de esta gente como tú dices. ¿Tiene que haber alguien quien los condene a toda esta gente? — dijo José.

_ ¡Así es! Pero ahora mismo no sabemos quién es el juez quien los tiene que condenar. ¿Qué quieres ir preguntando en juez en juez? ¿Estas seguro de todo lo que tenéis para des mascarar a toda esta gente? — dijo Claudia la jefa muy segura.

 


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