Hoy por
la mañana cuando el viento golpea fuerte la ventana de mi habitación, no sabía
lo que era el frio, hasta que empezó a golpear la ventana.
Este
invierno, sentada en mi salón, al lado de la chimenea que no quería levantarme
ni para hacerme una taza de té. Tenía la manta hasta el cuello del frio que
hacía. Mis dedos no podía moverlos del frio. Anteriormente había salido a fuera
a ver quién era quien me estaba tirando bolas de nieve al tejado; pero cuando
salí fuera, no había nadie, fue cuando quise dar unos cuantos pasos más
adelante a ver si veía algo, y fue sin darme cuenta, me metí dentro de la
nieve. Estaba metida dentro de la nieve hasta la cabeza. Menos mal, que me pude
salir de allí, si no, que hubiera sido de mí.
Mi novio
estaba a punto de venir a cenar, ya iba siendo las nueve de la noche. Aquí en
New York, en Queens. Aquí el invierno es muy frio, comparado con otros países
de Europa, así que, Aquí me tienes al lado de un gran fuego, que poco a poco,
me iba calentado.
Al cabo
de unos cuantos minutos, vi que un coche aparco en la puerta. Me asomé por la
ventana y vi que no era mi novio, si no un coche de policía. Venía a mi casa a
decirme que mi novio había tenido un accidente de coche. Se había salido de la
carretera, pero que no me preocupara, que dentro de lo que cabe, estaba bien.
El
agente de policía, fue muy amable por venir a mi casa y decírmelo e insistió en
llevarme al hospital donde estaba mi novio. Me metí corriendo a por el abrigo y
el bolso y cerré la puerta fuerte. No me importo ese día que la cerrara fuerte;
porque no me preocupaba la puerta esta vez, sino, mi novio.
Una vez
que llegue al hospital de mi ciudad… no sabía a donde ir de lo nerviosa que
estaba. Menos mal que el agente de policía que llevo a la habitación donde
estaba el.
Una vez
que estaba delante de la puerta, empecé a respirar hondo y solté el aire y abrí
la puerta. Nada más abrir la puerta, me lo encontré a él, a mi novio en aquella
cama con todos aquellos cables puestos y me asusté.
Mi novio
me dijo:
_ ¡No te
asustes, mi vida!
_ ¿Pero
que te pasó? ¿Cómo te salisteis de la carretera?
_ ¡Fue
por el temporal! Pro estoy bien. Mañana mismo me dan el alta. Solo tengo
magulladuras y unos cuantos cortes. ¡Nada grave! ¿Cómo te enterasteis tan
pronto?
_ ¡La
policía vino a casa! Y al final, he venido con ellos…
_ ¡Está
bien!
Aquella
situación que vi, era algo realmente primerizo, no sabía cómo actuar… si llamar a su familia ahora y a mis adres
ahora, o esperarme unos minutos. Estaba lo que se dice en estado de shock.
El
policía al verme que estaba alterada, me empezó a tranquilizar poco a poco.
Al cabo
de una hora, volví a entrar en la habitación, y mi novio me dijo:
_ ¿Ya te
has calmado?
_ ¡Sí!
Perdona por ponerme así. Sabes que es la primera vez que estoy en esta
situación.
_ ¡Ya lo
sé! ¿As llamado a mis padres?
_ ¡No!
Sabía que tenía que hacer algo más.
_
¡Tranquila! No pasa nada. Estoy bien. No te pongas nerviosa.
Cogí el
móvil y marqué el teléfono de la madre de mi novio, y luego a mis padres… nada
más contarles lo sucedido, vinieron en seguida.
Yo
estaba lo que se dice en la puerta de la habitación comiéndome las uñas de lo
nerviosa que esta. A veces sentía la sensación de que las cosas malas me podía
para a mí, sola a mí.
Cuando
vi segar a mis padres y a mis suegros, me puse a llorar… el policía que me vio
llorar me dijo:
_ ¡Otra
vez no! ¿Por qué lloras esta vez, mujer?
_ Porque
tengo la mala suerte.
_ ¡Eso
no es mala suerte! A todo el mundo nos puede pasar.
Nada más
llegar a mi madre, me abrazo tan fuerte que, no quería que me soltara.
_ ¡A
ver! ¿Dónde está Tom?
_ ¡Ahí
dentro! Tiene cortes por todos los lados, ¡mama!
_ ¡No
será para tanto hijo!
Nada más
ver a Tom que estaba en la cama con todos esos cortes, mi madre me dijo:
_ ¡A
ver, hija! Como dice ha tenido un accidente de coche. Los cristales le han
cortado, pero no es grave. Lo importante es vivo.
_ ¡Eso
si es verdad! Lo importante está vivo.
Veía a
mi novio como le contaba él lo sucedido. Mientras que yo, estaba sentada porque
esto me había pasado la primera vez en mi vida; y la verdad, este invierno no
me gusta para nada. Se que todos los inviernos empieza a nevar en enero, pero a
veces, nieva más que otras veces…
Al cabo
de unos días, ya los dos en casa. Veo a Tom un poco distraído por culpa del
accidente, a veces, ya no es el mismo que antes; y como decía el, que solo era
unos cortes nada más…
El frio
sigue igual. Sólo sé estar de la cama a la chimenea que tengo en mi casa; porque
ahora mismo, si hay que ir a comprar, se encarga mi novio Tom; porque está de
baja por el accidente que tuvo.
Muchas
veces, pienso que tengo que cambiar; porque así tan branda no tengo que ser,
porque con cualquier cosa me quejo, sé que soy una quejica; pero que vamos
hacer… así soy yo, y así seré…
Relato inventado
por: Julio Moreno Escritor.
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