TERCERA PARTE
Mientras tanto, Tobías padre y Alex, llegan lo que se dice a
la residencia donde esta el abuelo de Tobías.
_ ¡Hola buenas! ¿Quiero hablar con mi padre Tobías? — Dijo
Tobías padre un poco serio.
_ ¿Quién pregunta? —
Dijo el médico.
_ ¡Su hijo Tobías! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Espere un momento! Voy a ver si esta disponible. Porque a
estas horas puede estar ya acostado. — Dijo el médico.
_ ¡Vale! ¡Gracias! — Dijo Tobías padre.
Al cabo de unos cuantos minutos, pasaron.
Una vez en la habitación, Alex vi al abuelo de Tobías y dijo:
_ ¿Tu crees Tobías que vas a saber algo nuevo de tu padre? —
Dijo Alex. — No es por nada Tobías, pero no se va a acordar de nada. — Dijo
Alex al ver al abuelo de Tobías.
_ ¡Hola padre! ¡Soy Tobías! ¡Tu hijo! — Tobías padre.
_ ¿Qué hijo? ¡Yo no tengo ningún hijo! — Dijo el abuelo de
Tobías…
_ ¡Vámonos Tobías! ¿Tú crees que vas a conseguir algo? — Dijo Alex.
_ ¡Sí! Todavía no le hemos dicho las preguntas correctas. ¡Padre,
escucha! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Yo no soy tu padre! ¡Doctor! ¡Ayuda doctor! — Dijo el
abuelo de Tobías.
En ese momento vino un medico y dijo:
_ ¡Hola buenas! ¿Pasa algo? — Dijo el médico muy preocupado.
_ ¡No! Dijo Tobías padre. — Soy su hijo Tobías, y hemos
venido a verle, y se ha puesto así… — Dijo Tobías padre.
_ ¡Ya sabemos como se pone! — Dijo el médico. — ¡Por otro
lado, es nuestro deber venir a ver que pasa! — Dijo el médico.
_ ¡Claro que sí! — Dijo Tobías padre. — Yo creo, que nos
iremos dentro de unos minutos…
_ ¡Es lo mejor! — Dijo el médico. — Cuando os valláis, me lo
decís. — Dijo el médico.
_ ¡Vale! Y ¡Perdone por las molestias! — Dijo Tobías padre.
Al cabo de unos minutos de irse el médico, Tobías le dijo:
_ ¡Escucha, Tobías! — Dijo Tobías padre. — ¿Qué sabes sobre
la casa misteriosa? ¿Hay fantasmas? — Dijo Tobías padre muy serio.
_ ¡Sí! Me acuerdo que en esa casa la tuvimos que matara todos
porque antiguamente, no eran como nosotros. ¿Cómo te llamas? — Dijo el abuelo
de Tobías.
_ ¡A ver1 ¡Mi mírame! — Dijo Tobías padre. — ¿Cómo se puede
salir de esa casa encerrado? — Dijo Tobías padre.
_ ¡Ah! ¡La casa esa! — Dijo el abuelo de Tobías. — La única manera
de entrar en la casa y luego salir, es volviendo a los fantasmas al mundo real…
¡Pero es imposible sin el libro! — Dijo el abuelo de Tobías riéndose… — Me
acuerdo cuando lo quememos en la hoguera mi mujer y mi familia… ¿Sabes que esos
fantasmas eran familia mía? ¡Me acuerdo como ardían esa casa! y los gritos… ¿Qué
se sabe de ellos? ¿Están vivos otra vez? — Dijo el abuelo de Tobías.
_ ¿Se puede entrar en esa casa de otra manera? — Dijo Tobías
padre ya desesperado agarrando a su padre de los hombros y zarandeándolo.
_ ¡Para Tobías! ¡Que le vas a hacer daño a tu padre! — Dijo
Alex.
Tobías ya desesperado al no poder salvar a su hijo, se tumbo
en la cama de su padre llorando y diciendo:
_ ¡Eh, perdido a mi hijo por vuestra culpa! ¿Lo del libro es
verdad? ¡Pdre! — Dijo Tobías padre.
_ ¿Qué libro? — Dijo el abuelo de Tobías…
¡Vámonos, Tobías! Vamos a quedarnos con lo que a dicho, y así
no dudamos tanto. — Dijo Alex. — ¡Ya buscaremos la forma de entrar en esa casa
y sacar a Tobías de ella! — Dijo Alex con una voz muy apagada.
_ ¡Sí, vámonos! ¡Ya ha perdido la cabeza mi padre! — Dijo
Tobías padre preocupado por la situación…
Al cabo de una hora así, Tobías padre y Alex, llegan a casa.
_ ¡Ya hemos vuelto, Claudia! — Dijo Tobías padre.
_ ¿Qué? ¿Dónde esta mi hijo? — Dijo Claudia muy alterada al
verlo venir a él y a Alex solos…
_ ¡Siéntate, Claudia! — Dijo Tobías padre cabreado por la
situación… — ¡Tengo que contarte una cosa que te oculte toda mi vida! — Dijo
Tobías llorando al lado de Claudia.
Alex, ya sabia lo que le iba a contar, se sentó al lado de
sus amigos y dijo en voz baja:
_ ¡Prepararos para escuchar esto! ¡Vais a flipar! — Dijo
Alex…
_ ¡Claudia! — Dijo Tobías padre. — En realidad no me apellido
Fernández, me apellido Hernández. Y Tobías este prisionero en una casa fantasma
hace años que mi familia quemo. Pero, la gente que vivía en esa casa, era
familia de mi padre. — Dijo Tobías padre.
_ ¡Entonces! ¿Lo de la maldición de los Hernández que dice Alex,
es verdad? — Dijo Claudia muy preocupada.
_ ¡Sí! — Dijo Tobías padre. ¡Me lo ha confirmado mi padre! —
Dijo Tobías padre.
_ ¿As ido a ver a tu padre? — Dijo Claudia impresionada. —
¿Sabe que tiene Alzheimer? — Dijo Claudia.
_ ¡Ya lo sé! — Dijo Tobías padre. — Pero cuando le dijimos lo
de la casa, se le vino recuerdos antiguos. Pero luego se le volvía a ir de la
cabeza. — Dijo Tobías.
_ ¿Como sabes que es verdad lo que os a dicho? — Dijo
Claudia.
_ ¡Se que es verdad! Porque de pequeño me contaba historias
sobre esa casa. Pero hoy, me ha dicho algo que nunca me dijo. — Dijo Tobías
padre.
_ ¿Qué te ha dicho? — Dijo Claudia muy preocupada por saber
lo que le ha dicho.
_ ¡Había un libro para entrar en la casa! pero lo malo, lo
quemaron en la hoguera hace años…
_ Y ¿Cómo sabes que es verdad, Tobías? — Dijo Alexa.
_ ¡Lo sé! — Dijo Tobías padre. — Aunque mi padre tenga
Alzheimer, sus ojos me decían la verdad. Me miro con una mirada, como si fuera
viviendo ese momento otra vez…
_ ¿Qué vamos hacer ahora? — Dijo Marta muy preocupada.
_ ¡No lo sé! — Dijo
Tobías padre. — ¡Pero no me voy a dar por vencido! Voy a recuperar a mi hijo,
aunque tenga que morir yo… ¿Quién sabe algo de brujería? — Dijo Tobías padre.
_ ¡Nadie, Tobías! — Dijo Alex. — ¡Ya se por donde vas!
¿Quieres traer a los fantasmas al mundo real? ¡Lo que dijo tu padre! — Dijo
Alex muy pensativo.
_ ¡Así es! — Dijo Tobías padre. ¡Vamos a buscar a ver quien
sabe hacer estas cosas!
Por otro lado, en la casa, Tobías sigue pensando en como
salir de esa casa.
Ya se esta haciendo de noche. Va a ser mi primer día en esta
casa como fantasma, y la verdad, ya me estoy cansando de toda esta mierda de
lio que tienen mi familia. Como me gustaría volver al pasado para poder
arreglar todo este lio entre ellos, y saber porque fue todo.
Nada más se pensar en mi familia. También, tengo ganas de ver
otra vez a mi padre, aunque no me pueda verme él ni hablarme. Al ver a mi padre
y a mi amigo Alex delante de la casa, pensaba que no les iba a extrañar tanto a
ellos; pero la verdad es que sí. Ahora mismo, no se que daría de mi vida, si ya
tengo vida, solo por volverlos a ver y hablar un minuto con ellos… ahora se
cuando se extraña a una persona de verdad cundo la pierdes por completo. No es
lo mismo cuando muere una persona y la entierras… esto es diferente a ello.
Prefiero morir antes que estar de esta manera como estoy ahora mismo.
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