domingo, 29 de abril de 2018

EL MISTERIO DE LA CASA (CUARTA PARTE)


Al cabo de unas horas, me asomé por la ventana y ya vi que era de noche. No sabia que hacer aquí en la casa. Empezaba lo que se dice andar de un lado al otro pensando en como salir de aquí, pero no veía forma ninguna. Madre se enteraba de todo lo que hacía, no lo sé porque se enteraba. Pero se enteraba.
Y, por otro lado, no me fiaba de ninguno; pero, lo que me dijo el viejo sobre había una manera de salir de aquí tengo que encontrarla, y por eso, tengo que hablar otra vez con ese fantasma viejo.
Por otro lado, Tobías padre que esta con Alex a ver si ven a una mujer que sepa hacer brujería para traer a los fantasmas al mundo real.
Al cabo de una hora así, ven una tienda que se dedica a eso. ¡Bueno! Pone en el cartel, si quieres hablar con tus seres queridos que han dejado este mundo, as venido al sitio ideal.
Una vez que vieron ese cartel, pasaron a dentro para hablar con aquella mujer…  
Una vez en la tienda, empezaron a hablar con la mujer:

_ ¡Hola, buenas! Dijo Tobías padre.
_ ¡Hola! — Dijo la mujer muy amable mente. — ¿En que le puedo ayudar? — Dio la mujer…
_ ¡Alex cierra la puerta porque no lo pueden escuchar nadie esto que le vamos a contar a la mujer! — Dijo Tobías padre.

Al ver Tobías padre la cara de asustada que tenia la mujer, Tobías padre dijo:

_ ¡Tranquila, mujer! No la vamos hacer nada. — Dijo Tobías padre. — Solo es porque lo que vamos a contar no puede salir de esta sala. ¿Si quieres escucharlo? O sino ¿Me voy y busca otra tienda igual que tú?
_ ¡Hoy en día no te puedes fiar de nadie! — dijo la mujer de la tienda muy seria.
_ ¡Así es! — Dijo Tobías padre. ¡Lo primero la seguridad de uno mismo! — Dijo Tobías padre. — ¡Vamos al grano! ¡Me llamo Tobías! Y quería hacerte una pregunta, ¿Es verdad que los fantasmas existen? — Dijo Tobías padre muy serio de lo que decía.
_ ¡La verdad! Los fantasmas sí existen. Están alrededor nuestra todo el rato. Pero, hay que saber percibirlos.  — Dijo la mujer de la tienda.
_ ¿Puedes devolverlos al mundo real? — Dijo Tobías padre.
_ ¡La verdad se puede! Pero si ocupa el cuerpo de otra persona. — Dijo la mujer de la tienda. — ¿Tu que quieres? ¿Quieres hablar con ellos, o devolverlos al mundo real? — Dijo la mujer de la tienda.
_ ¡Cuéntaselo! — Dijo Alex.
_ ¿Contarme el que? — Dijo la mujer muy interesada.
_ ¿No tienes cámaras en la tienda ni nada? — Dio Tobías padre.
_ ¡No! — Dijo la mujer de la tienda.
_ ¡Esta bien! — Dijo Tobías padre. — Resulta, hace muchos años atrás, mi padre quemo a una familia en una casa, y esa familia juro vengarse de mi familia tarde o temprano…
_ Y ¿Tienes miedo que se vengue? — Dijo la mujer…
_ ¡No! — Dijo Alex. — ¡Ya se a vengado encerrando a su hijo en la casa! — Dijo Alex.
_ ¿Dónde esta esa misteriosa casa? — Dijo la mujer de la tienda.
_ ¡Esta bien! Yo te llevare. Pero no la vas a ver, ¡No existe para la gente! Solo se deja ver cuando ella quiera. — Dijo Tobías padre.
_ ¿Tu las visto? —  Dijo la mujer de la tienda.
_ ¡No! — Dijo Tobías padre. ¡Pero aquí el amigo de mi hijo sí! Cuantíale lo que te paso… — Dijo Tobías padre muy preocupado por salvar a su hijo.
_ ¡Esta bien! Íbamos unos amigos y su hijo, cuando vimos esa casa en el bosque. Una vez que pasemos dentro, había cuadros de gente vieja. ¡Mejor dicho! Todo era antiguo. Como estábamos andando por la casa, pasemos por las habitaciones y fue que escuchemos una gramola. Cuando pasemos a la habitación, vimos a una mujer tocándola. Se veía perfectamente que era un fantasma. Quisimos salir de esa casa, pero no podíamos salir… solo nos dejaba salir si se quedaba su hijo Tobías… — Dijo Alex preocupado.
_ ¿Podemos ir a ese lugar? ¡Solo es por ver el lugar! —  Dijo la mujer de la tienda.
_ ¡Sí! Cualquier cosa que puedas ayudarnos. —  Dijo Tobías padre. — ¡No te preocupes por el dinero, que te pagare cuando me lo pidas! —  Dijo Tobías padre.

Al cabo de unos cuantos minutos, la mujer de la tienda cierra la tienda y sigue a Tobías padre con su coche. Una vez que llegan al lugar donde estaba la casa, dijo Tobías padre:

_ ¡bueno, ya hemos llegado! — Dijo Tobías padre. — ¿Al final como te llamas, con todo esto no se como te llamas? — Dijo Tobías padre con una pequeña risa…
_ ¡Me llamo Elena! Al ver este lugar, percibo que hay fantasmas. Y veo que hay espacio suficiente en este sitio para albergar una casa bien grande. ¡De dos plantas! — Dijo Elena.
_ ¡Así es! — Dijo Alex.
_ ¡La casa esta puesta ahí adelante! Para ver bien a la gente que pasa por el camino. Por otro lado, percibo que hay más gente en la casa. — Dijo Elena.
_ ¿Percibes a mi hijo Tobías? — Dijo Tobías padre.
_ ¡La verdad no! Porque no se como es… lo segundo hay fantasmas niños pequeños. Y una mujer que la llaman ¡Madre! — Dijo Elena.

Tobías padre, saco una foto de su hijo de la cartera y se la enseño a Elena a ver si le podía ver…

Por otro lado, en la casa, madre se percató que había una bruja que los podía enmascarar; así que, rápidamente, reunió a todos de la casa.

_ ¡Nos hemos reunido porque ahí fuera de la casa hay una bruja! Que esta ayudando al padre de Tobías… — Dijo madre mosqueada.
_ ¿Existen las brujas en este tiempo? — Dijo el fantasma viejo.

Tobías al escuchar eso, corrió a la ventana y vio a su padre otra vez y a su amigo Alex con esa mujer.

_ ¡Tobías! Sal fuera de la ventana. Ahora no es tu familia esa gente. ¡Ven aquí! — Dijo madre cabreada.
_ ¡Voy! — Dijo Tobías riéndose…
_ ¿De que te ríes? — Dijo madre.
_ ¡De que voy a salir dentro de nada! — Dijo Tobías.
_ ¡Así! — Dijo madre cabreada.

En ese momento, madre se asomo a la venta y al verlos allí que estaban hablando decidió salir de la casa. Era la primera vez en muchos años que madre salía de la casa. Una vez que madre salió de la casa, y se fue a donde estaban ellos y se puso delante de ellos, dejándose ver dijo:

_ ¡Olvidaros de Tobías! Ahora Tobías me pertenece a mí. A nadie más. — Dijo madre cabreada.

Elena al verla por primera vez se quedo impresionada, igual que Tobías padre.

_ ¡Devuélveme a mi hijo! ¡Por favor! — Dijo tibias suplicando a madre.
_ ¿Conque tu eres el pequeño Tobías? — Dijo madre.
_ ¡Sí! — Dijo Tobías padre. — Yo no tengo culpa de lo que te han hecho mis padres. Se que se pasaron con vosotros quemándolos… pero, por favor, devuélveme a mi hijo. — Dijo Tobías padre.
_ ¿Conque quieres a tu hijo? — Dijo madre riéndose…
_ ¡Sí! — Dijo Tobías padre.
_ ¡Esta bien! Solo quiero una cosa. ¡Quiero a tu padre para mí! — Dijo madre.
_ ¡Esta bien! Te lo doy.  Pero primero déjame ver a mi hijo. — Dijo Tobías padre.
_ ¡No! — Dijo madre. — tú primero traume a tu padre y te daré a tu hijo. Y cuando vengas, esa mujer que no venga.
_ ¡Esta echo! Ella no viene. — Dijo Tobías…

Nada más que se fue el fantasma de madre, Tobías padre sin pensárselo dos veces, se monto en el coche y se fue a donde estaba su padre…

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