EL CASTILLO DEL DRAGÓN.
Era
sed una vez en un castillo se encontraba un dragón que asustaba a todo el mundo
por la noche con su rugido. Ese rugido era tan grande que se escuchaba en todo
el pueblo.
Los
habitantes del pueblo tenía miedo cada vez que lo escuchaba. Contaba la leyenda
que por las noches el dragón salía volando del castillo he iba al pueblo a ver
como estaba el pueblo, pero al escuchar una niña llamada Nicol había venido al
pueblo hace días y ya había escuchado la leyenda dijo:
_
¿Te crees la leyenda del dragón? — dijo Nicol a sus nuevos
amigos.
_
¡Dicen que es una leyenda! Nadie ha visto el dragón. — dijo uno de sus amigos.
_
¿Por qué no vamos un día de estos al castillo? Yo quiero verlo de verdad. —
dijo con micha intriga Nicol.
Pedro
el más grande de todos dijo:
_
¿Sabes lo que dices Nicol? Nuestros padres se cabrearán si vamos sin permiso. —
dijo pedro.
_
¡Tan grande y cagón que eres! En ese castillo no hay nada solo
hombres como nosotros. No existen dragones. Solo son mentiras para que los
niños se vallan a la cama a dormir… — dijo Nicol muy segura de lo que decía.
_
¡Está bien! Yo no soy cagón como dices. Si quieres mañana podremos ir por la
mañana a visitar el castillo, pero te lo aseguro que está un poco bien retirado.
— dijo uno de sus amigos.
_
¡No hay problema! ¿Cómo de lejos está el castillo? — dijo Nicol muy pensativa.
_
Tenemos que cruzar primero el bosque y luego ya lo veremos allí mismo. Pero
hace mucho tiempo que nadie va al castillo. — dijo uno de sus amigos muy
seguro.
_
¿Cómo sabe esa información tú? — dijo Nicol.
_
Porque mi abuelo me lo dijo hace un par de años…
_
¡No pasa nada! Iremos mañana por la mañana a ese castillo y veremos si es
verdad la leyenda.
AL
DÍA SIGUIENTE:
Nada
más levantarse Nicol desayuno rápido y se fue a calle con sus nuevos amigos.
Una
vez en la calle vio que nadie había llegado antes que ella, Nicol ya se estaba
imaginando que se habían cagado de miedo todos, pero al ver que sus amigos iban
viniendo empezó a sonreír y ponerse más contenta.
_
¿Te imaginabas que no íbamos a venir? — dijo pedro.
_
¡Más o menos! Pero lo importante es que estáis aquí todos. — dino Nicol.
Una
vez todos allí nuestros amigos empezaron a hablar porque lugar iban a ir al
castillo.
una
vez que se pusieron todos de acuerdos, empezaron la marcha rumbo al castillo
del dragón.
cómo
iban caminado por aquel bosque tan grande Nicol dice:
_
¿Podemos descansar un rato para beber agua? — dijo Nicol.
_
¡Ya os lo dije que estaba lejos! así que, vamos a descansar y luego seguir
caminando porque hasta dentro de una hora más o menos, no llegaremos.
una
vez todos se empezaron a descansar, cada uno estaba tumbado en aquel bosque sin
saber el peligro que corrían, me refiero del peligro por los lobos y algunos animales
que vivían en el bosque.
al
cabo de unos cuantos minutos allí descansado, se levantaron todos y reanudaron
la marcha todos rumbo al castillo.
cómo
iban en fila todos a un paso un poco ligero porque el día se les iba haciendo
la mañana más corta.
sobre
a medio día atravesaron el bosque y de lejos veían el castillo del dragón.
si el castillo lo veían eso significaba que ya les quedaba poco para llegar a
su destino.
una
vez que ya salieron del bosque y empezaron a andar por aquel camino que los llevaba
al castillo del dragón, dijo pedro.
una
vez que llegaron a las puertas del castillo empezaron a todos a ver aquel
castillo que eran tan grande y dijo Nicol.
_
¡Ya estamos aquí! Vamos a pasar y vamos a ver a ese dragón...
_
¿Qué pasa si el dragón es de verdad? — dijo Pedro un poco
asustado.
_
¡Si es de verdad lucharemos contra él! — dijo Nicol.
Todos
juntos empezaron a caminar hacia la puerta de entrada del castillo del dragón.
al llegar a la puerta vio que la puerta estaba cerrada. no veían nada como
abrir la puerta así que, empezaron a buscar otra manera de entrar al
castillo...
Al cabo de un rato de ver una manera de entrar al castillo
sin ser visto, encuentran una manera de entrar al castillo. Es una entrada por
el río.
_ ¡Chicos! Tenemos que mojarnos para entrar al castillo. Como
en las películas… — dijo Nicol.
_ Pero como vamos a mojarnos. — dijo uno de ellos…
_ ¡No tenemos otra opción! Yo pasare al castillo por el río.
Seguro cuando volvamos a casa ya estaremos secos. — dijo Nicol.
_ Y, si no volvemos estaremos muertos por el dragón.
_ ¡Eso es una leyenda como dije! Así que, ¡Vamos!
Empezaron todos a meterse muy despacio porque no sabían
cuanto cubría el río. Durante unos minutos andando por el rio llegaron dentro
del castillo.
Una vez que todos vieron que ya estaban dentro del castillo
empezaron a mirar en la habitación donde estaban.
Empezaron a caminar por el castillo muy despacio para que nadie
les oyera los pasos que daban cada uno, pero uno de ellos iba todo nervioso del
miedo que tenía.
Al cabo de unos cuantos minutos andando por el castillo no
veían a nadie por el castillo. Se parecía que el castillo estaba abandonado,
pero al ver que estaba limpio del polvo Nicol dijo:
_ yo creo que aquí vive pocas personas en el castillo. — dijo Nicol.
¿Cómo sabes eso? — dijo Pedro
_ ¡No veis lo limpio que esta todo esto! Si hubiera más gente
viviendo aquí estaría algo más sucio y lleno de barro al entrar y salir del
castillo. — dijo Nicol.
_ ¡Yo quiero irme ya de aquí! ¿Qué pasa si viene el dragón? —
dijo uno de ellos muerto de miedo.
_ ¡Qué dragón! Si aquí no existe un dragón. Todo es mentira
desde hace años… — dijo Nicol.
Empezaron a seguir andando hasta que llegaron a lo alto de la
torre del castillo. Allí había una puerta cerrada con una cadena y un cansado
bien grande y Nicol dijo:
_ ¿Ahí hay algo importante? — dijo Nicol.
_ La verdad es que sí. ¿Pero que pasa si nos pillan aquí
arriba? — dijo
Pedro un poco asustado.
_ ¡No nos pueden hacer nada porque somos niños! Así que, yo
tengo ganas de saber lo que ahí hay dentro. Porque una vez que hemos llegado
aquí, ya no me voy a ir, aunque tenga miedo. — dijo uno de ellos.
_ ¡Pues vamos a buscar algo para abrirlo!
Los niños empezaron a buscar algo que pudieran abrir la
puerta con ese cansado, pero no veían nada por donde estaban ellos. Así que,
Nicol recuerda que subiendo las escaleras de la torre había visto una armadura
con una espada y baja a por la espada para poder abrir la puerta con ella.
Al cabo de unos minutos Nicol sube con la espada y empieza a
golpear el cansado y la cadena para poder abrir la puerta, pero no es
suficiente fuerza para romper la cadena ni el candado. Así que, prefiere dar
golpes a la puerta para poder ver lo que hay ahí dentro.
Una vez que han abierto un hueco a la puerta para poder ver
lo que dentro de la habitación lo que ven se quedan impresionados todos… ven al
dragón encadenado en la torre.
Todos asustados. Nicol sin palabras como los demás… pero al
cabo de unos minutos un hombre mayor sube por las escaleras y ve a los niños
allí con la espada tirada en el suelo y dijo:
_ ¿Qué hacéis aquí arriba? ¿Qué habéis hecho a la puerta? — dijo
el hombre.
_ ¡Nosotros queríamos ver al dragón si existía de verdad? — dijo
Nicol.
_ ¿El
dragón? — dijo el hombre.
_ ¡Sí el dragón| ¿De verdad existe? — dijo Nicol toda
entusiasmada.
_ ¡No! Eso es una leyenda. — dijo el hombre.
_ Como que no. Lo que tienes detrás de esa puerta es un dragón.
¡Queremos verlo de verdad! — dijo Nicol.
_ Si os lo enseño de verdad, no se lo tenéis que decir a
nadie. ¿Qué decís?
_ ¡Vale!
El hombre abrió el candado con la llave que la tenia en el
bolsillo y todos vieron al dragón atado con una cadena para que no se escapara.
Pero el dragón de tanto tiempo que tenía había tenido dos dragones más pequeños
que los niños no habían visto.
_ ¿Podemos tocarlo? — Dijo Nicol.
_ ¡Esperar un momento! — dijo el hombre.
_ ¡A ver si nos va echar fuego por la boca y nos va comer! —
dijo pedro.
_ ¡Eso nunca! Este dragón a sido educado para no hacer daño a
la gente. Lleva conmigo muchos años…— dijo el hombre.
Una vez que los niños empezaron a tocar el dragón todos empezaron
a reírse de la piel que tenia tan gruesa y dura. Otros empezaron a mirarlos a
los ojos fijamente a ver que hacía, pero el dragón a ver que eran humanos agachaba
la cabeza y se rascaba la cabeza con uno de ellos.
_ ¡Es como un perro! — dijo uno de ellos.
_ ¡Sí! Es como un cachorrito de perro. Es tan inofensivo que
no haría daño a ningún humano. — dijo el hombre.
_ ¿Podríamos venir a verlo de vez en cuando? — dijo Nicol.
_ ¿Si me prometéis que no diréis nada a nadie? — dijo el
hombre.
_ ¡Prometido! Volveremos otro día a verlo a él y sus crías… —
dijo Nicol
_ ¡Pero solo vosotros, nadie más! — dijo el hombre.
Así de esta manera Nicol y sus amigos vieron que el dragón en
el castillo si existía de verdad. Solo había que creer en las leyendas para que
sea reales.
Muy interesante , como sigue la historia???
ResponderEliminarEste relato está terminado en algún sitio o lo estás escribiendo sobre la marcha en el blog?
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