domingo, 13 de mayo de 2018

EL MISTERIO DE LA CASA (SEXTA PARTE)



Por otro lado, Tobías abuelo al terminar de contar la historia de verdad de su familia y a lo que se dedicaba, Claudia le dijo unas palabras.

_ ¡Bueno, abuelo! ¿Por qué no nos lo habías dicho antes? — Dijo Claudia un poco cabreada con lo sucedido.
_ ¡La verdad quería! Pero en realidad no puedo contárselo a nadie, y lo estoy haciendo ahora porque mi familia está en juego. ¡Solo es por eso! — Dijo Tobías abuelo.
_ Y, ¿Antes no estaba en juego? — Dijo Claudia cabreada.
_ ¡A ver! Claudia, me estoy haciendo ya mayor. Ya no soy un hombre joven como antes. Cada vez hay más fantasmas en este mundo que en el mundo de los fantasmas. Pasar de un lado al otro, te debilita mucho el cuerpo. Pero es lo que me gusta hacer, cazar fantasmas del más allá.
_ ¿Conque eres un cazador de fantasmas? — Dijo Alexa.
_ ¡Así es! ¿Quiere alguien seguir mis pasos? —  Dijo Tobías abuelo. — ¡De verdad! Necesitamos gente nueva y joven. — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Pero abuelo! — Dijo Claudia un poco cabreada. — Como les dices eso a los chicos. No ves que cara de asustados tienen… — Dijo Claudia. — ¡No le hagáis caso, chicos! — dijo Claudia.
_ ¡Esta bien! — Dijo Tobías abuelo. — ¡Bueno1 ya va siendo hora de irnos a trabajar… ¿Quién se viene? ¿Te vienes Tobías? — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Sí, abuelo! — Dijo Tobías hijo.
_ ¡Tobías! — Dijo Claudia…
_ ¡Madre! No va pasar nada. Traeré de vuelta a padre.

Claudia al ver que se iba su hijo con el abuelo a salvar a Tobías padre, Marta dijo:

_ ¡Tobías! No te preocupes, yo me quedare a hacer compañía a tu madre hasta que vuelvas. ¿Vale?  — Dijo marta.
_ ¡Gracias, Marta! — Dijo Tobías hijo. — ¿Quién se viene? — Dijo Tobías hijo.
_ ¡Yo! — Dijo Alexa.
_ ¡Gracias, Alexa! — Dijo Tobías hijo. — ¿Alguno más? — Dijo Tobías hijo muy serio.
Así hasta que se fueron todos, Tobías abuelo, Tobías hijo, Alex, Alexa y Esther, los demás, se quedaron en la casa hasta que terminara todo.
 Una vez que llegaron donde se encontraban todos los cazadores de fantasmas, Tobías abuelo entro por la puerta con su nieto Tobías y sus amigos y se dirigió directo al jefe de todos.

_ ¡Hola, jefe! Vengo porque tenemos un problema con mi familia y unos fantasmas antepasados míos… —  Dijo Tobías abuelo, con esa voz ya mayor…
_ ¡Creíamos que ya estabas inactivo! ¡Acabado! — Dijo el jefe de Tobías abuelo.
_ Así es. Estoy ya acabado. —  Dijo Tobías abuelo. — Vengo para que suscribas a mi nieto y sus amigos en cazador de fantasmas, y aparte, que nos ayudes a entrar en una casa fantasmas que tienen retenido a mi hijo Tobías por venganza a mí. — Dijo Tobías abuelo preocupado.
_ ¿Sabes lo que me estas pidiendo, Tobías? — Dijo el jefe…
_ ¡Sí, lo sé! — Dijo Tobías abuelo agachando la cabeza y sabiendo las consecuencias…
_ ¿Quién tienen a tu hijo atrapado en la casa? — Dijo el jefe muy preocupado.
_ ¡Madre! ¡La hermana que condene hace años! ¿Te acuerdas? — Dijo Tobías abuelo.

En ese momento, el jefe se levantó de la silla y empezó a andar por la habitación pensando el día en que la condenaron a madre, y dijo:

_ ¿Porque tomarse ahora su venganza y no hace años? — Dijo el jefe muy preocupado.
_ ¡No lo sé! — Dijo Tobías abuelo. — Solo quiero sacar a mi hijo de la casa. — Dio Tobías abuelo. Por otro lado, mi nieto Tobías, que ha venido aquí a vengarse, ha estado en la casa durante un día. — Dijo Tobías abuelo.
_ ¿Ha estado prisionero durante un día tu nieto? — Dijo el jefe.
_ ¡Sí! ¿Pasa algo? — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Quiero verlo! ¿Puede venir aquí para hablar con él? — Dijo el jefe muy interesado.
_ ¡Claro que sí! ¡Espera que voy a buscarle! — Dijo Tobías abuelo.


Tobías abuelo, cada pasa que daba ya iba lento, ya no iba tan rápido como era joven, así que, después de unos minutos, vino Tobías nieto para hablar con el jefe.
Nada más entrar por la puerta Tobías abuelo y Tobías nieto, el jefe dijo:

_ ¡Tobías, es igualito a su padre de joven! — Dijo el jefe.
_ ¡Gracias, jefe! — Dijo Tobías nieto. — Será un honor ser un cazador de fantasmas. — Dijo Tobías nieto.
_ ¡Tranquilo hijo! — Dijo el jefe. — ¡Todavía no perteneces! Te he hecho venir para hablar contigo sobre ese día que te hicieron prisionero en la casa. ¿Cómo era? ¿Qué sentisteis? — Dijo el jefe muy entusiasmado.
_ ¿Qué sentí? La verdad, sentí miedo a lo primero. Al ver a todos esos fantasmas de un lado al otro. También, a lo primero no quería hablar con nadie, solo quería salir de allí y ver a mi familia y amigos… — Dijo Tobías nieto.
_ ¿Pero te hicieron fantasma como ellos? — Dijo el jefe muy concentrado con lo que estaba contado Tobías nieto.
_ ¡De momento, no! En ese momento era humano; pero nadie me podía ver, solo los fantasmas… — Dijo Tobías nieto. Por otro lado, un fantasma que le llaman el abuelo, me dijo que podía salir de la casa. había una forma. Pero no me dijo como era. Madre me estaba vigilando cada paso que daba. — Dijo Tobías nieto.
_ ¡Así es! Hay una forma de salir de la casa y entrar. — Dijo el jefe. — La única manera es con el libro; pero compréndeme, no te lo podemos dejar por si lo pierdes en la casa, seria un caos para el mundo. Y esa madre, ¡Tu tía!  Es capaz de hacer una locura con él. ¿Me comprendes? — Dijo el jefe.
_ ¡Sí! — Dijo Tobías nieto con una cara triste. — Pero, ¿Cómo ayudar a mi padre? — Dijo Tobías nieto.
_ ¡Ten paciencia! Todo en esta vida se paga. ¡Buscaremos otra forma de entrar en la casa! — Dijo el jefe. — Y, por otro lado, si queréis pertenecer tú y tus amigos al clan de cazadores de fantasmas, bienvenidos. Todos aquí somos una familia y nos ayudamos uno a los otros. 
_ ¡Jefe! No puedo ver a mi nieto y mi hijo pagando por mis pecados en el pasado. — Dijo Tobías abuelo.
_ ¡Lo sé, Tobías! Pero lo arreglaremos. Ahora aquí las cosas nos la tomamos con más calma. Ya no queremos otro caso como el que tuvimos… — Dijo el jefe.


_ ¡Ya veo! Me parece estupendo. — Dijo Tobías abuelo. — tendré que buscar otro método para entrar en la casa, aunque tenga que hacer brujería para poder entrar…  ¡Gracias jefe! — dijo Tobías abuelo un poco molesto.
_ ¿Pero vuelo? — Dijo Tobías nieto un poco sorprendido.
_ ¡No pueden ayudarnos! — Dijo Tobías abuelo.

Mientras que Tobías abuelo y nieto se iban por la puerta un poco decepcionados con el jefe, Tobías nieto dijo:

_ ¿Pero porque no nos van ayudar abuelo? — Dijo tobáis nieto.
_ ¡Es muy peligroso usar el libro! — Dijo tobáis abuelo. — buscaremos otra forma de sacar a tu padre de la casa. — Dijo Tobías abuelo preocupado.
_ ¡Está bien! Pero una vez que acabe con esto, vendré aquí y al tal jefe ese, hablaré bien con él. — Dijo Tobías nieto mosqueado.
_ ¡Tranquilo Tobías! — Dijo Alex. Tarde o temprano cada uno tendrá su merecido. — Dijo Alex.
_ ¡Eso si es verdad! — Dijo Tobías abuelo. — por otro lado, la culpa es mía por no terminar con esto hace años… pensaba que no iba a pasar nada. ¡Me equivoque! — Dijo tobáis abuelo echándose la culpa de todo…

Alexa, solo sabía observar y callar, porque ella no quería meter la pata por si decía algo; así que, se fueron directo a casa de Tobías hijo que estaba allí Claudia.


                                                   Autor: Julio Moreno Escritor




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